Un pequeño gran libro… (y muy útil)

by in Cultura Financiera 24/12/2017

David Blanco Galisteo es el autor de “Gana dinero en bolsa como inversor particular. Invierte en el supermercado de las mejores empresas del mundo y consigue la libertad financiera”. Esta pequeña obra está disponible en Amazon a un módico precio y, por supuesto, recomendamos su compra no solo por ser entretenida y altamente didáctica sino por resultar útil a los intereses de cualquier inversor.

El autor, que ha tenido la gentileza de escribirnos y la generosidad de regalarnos un ejemplar de su libro, relata su experiencia como pequeño inversor ofreciendo muchos y valiosos consejos así como proponiendo un tipo de empresas aptas para su adquisición y conservación a largo plazo desde la perspectiva del pequeño accionista.

Actualmente vivimos una pequeña explosión educacional en términos de difusión de la cultura financiera capitaneada por las gestoras independientes de fondos de inversión. Es, por ejemplo, el caso de Cobas AM y su proyecto Value School, en el cual colaboramos. Una tarea a todas luces titánica y que es prudente encarar con cierto escepticismo. ¿Qué podría, entonces, aportar el pequeño gran libro de David Blanco a este floreciente entorno donde, asimismo, cada vez son más las obras clásicas de la inversión, escritas por grandes inversores, y puestas a disposición del gran público?

La respuesta habría que buscarla en el largo y descriptivo título elegido por el autor: “Gana dinero en bolsa como inversor particular. Invierte en el supermercado de las mejores empresas del mundo y consigue la libertad financiera.” Un título, por otra parte, tan gráfico como, posteriormente, verídico. Sin entrar a desvelar los secretos de esta breve e instructivo manual sí señalaremos qué aporta al inversor interesado en aprender a invertir en las turbulentas aguas bursátiles.

En primer lugar, la perspectiva es la del pequeño inversor o inversor particular. Existen multitud de libros excepcionales escritos bien por grandes profesionales de las finanzas (generalmente gestores de fondos de inversión) o bien por académicos. Pero, por el contrario, falta literatura en la que se aborde la compra-venta de acciones desde el modesto punto de vista del pequeño accionista. Quien guste de comprar y vender acciones por sí mismo sin ayuda institucional que tenga claro, pues, que este libro le ayudará. Le ayudará como pequeño inversor a ganar dinero y, de propina, sabiendo por qué.

En segundo lugar, el propósito indisimulado de esta obra es que el lector gane dinero y que lo gane por una buena causa, que no es otra que la consecución de la independencia financiera. A tal fin se ofrecen múltiples consejos basados en la experiencia personal del autor y cuyo pilar central no es otro que el espíritu autodidacta en contraposición al saber estandarizado que se ofrece a la masa inversora. El pensar por uno mismo en un proceso de aprendizaje multidisciplinar alejado de las convenciones financieras al uso se antoja como medio indispensable que coadyuva en la consecución del loable fin de la libertad financiera.

En tercer lugar, porque se enumeran las empresas que el autor considera las mejores para comprar y mantener durante mucho tiempo. Este tema se aborda desde una doble perspectiva: cualitativa, pues se describen los rasgos de los negocios y empresas ganadores a largo plazo y en especial lo que los diferencia de los perdedores, y cuantitativa, porque se ofrecen reglas de valoración claras y contextualizadas a los rasgos cualitativos enumerados. Además, todo se adereza con múltiples ejemplos de compañías tanto nacionales como foráneas que, por supuesto, no desvelaremos aquí.

Para terminar, pues podrían añadirse aún más virtudes, decir que la iniciativa de David Blanco constituye un ejemplo muy necesario que viene a cubrir un espacio para el que apenas existen ejemplos y que no es otro que el que atañe a quien decide dedicar tiempo y esfuerzo a la tarea inversora y hacerlo todo por sí mismo. Existe una laguna de falta de experiencias personales desde la óptica del inversor particular (y no del profesional) que felizmente David ha contribuido a paliar. Su esfuerzo merece que usted adquiera su libro. Como inversión dé por hecho que recuperará con creces lo invertido.

 

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