UN CONSEJO PARA INVERSORES CON IDEAS PROPIAS
Las ventajas de no confiar tu dinero al rebaño
Si estás harto de tu banco, este email te interesa.
Hoy traemos un consejo.
Y viene con una sorpresa de las buenas, así que te recomendamos que leas este email hasta el final para no perdértelo.
Pero antes de entrar en detalles, queremos hablarte de algo.
Tiene que ver con cómo gestiona la gente su dinero, así que agárrate.
Si tienes más de 25 – 30 años, recordarás bien los años 2000.
Era la época de Jesús Gil, la burbuja inmobiliaria y el Real Madrid de los galácticos. Unos años en los que todo eran risas, precios desorbitados y mucha, mucha, mucha deuda.
En 2002 estar endeudado era casi un símbolo de status.
El que no tenía hipoteca era un loser.
No tener una vivienda en propiedad era tan raro como no tener un smartphone hoy en día: la gente te miraba con desconfianza.
¿Por qué no la tiene pudiendo tenerla?
Daba igual si cobrabas 1.500 € o 3.500 €. No poder permitírselo no era un impedimento para nadie: te hipotecabas y listo.
Por supuesto, siempre a muy largo plazo y a tipo variable. Sin entrada o con entradas pequeñas. Justificando la decisión con mantras como que “el precio de los inmuebles sólo puede subir”.
Todo el mundo diciendo y haciendo lo mismo, con una confianza cercana a la fe del converso.
Había un anhelo compartido y una ambición desmedida que se podía resumir en una palabra:
“Ladrillo”.
A día de hoy ya sabemos lo que pasó y todo esto suena extraterrestre.
Pero a nosotros esa ostentación ya nos chirriaba mucho entonces.
Las cuentas no nos cuadraban.
Por eso siempre fuimos bastante reticentes a dejarnos llevar por esa locura colectiva.
Una locura que era natural, por otra parte: el instinto de supervivencia incluye la necesidad de sentirnos parte de la tribu. Y si esa tribu vive de una forma, es difícil renunciar a vivir de la misma manera.
Sobre todo si esa manera es “mejor”.
Renunciar a aquello significaba tener que soportar bromas, miradas y condescendencia.
Y, si admitías que “no podías permitírtelo”, sus cerebros cortocircuitaban.
“¿Cómo que no puedes permitírtelo? Coño, ve al banco y pide una hipoteca. Si no lo haces te arrepentirás en el futuro.”
Pero ya sabes lo que te decía tu madre cuando eras niño…
“No dejes que la opinión de los demás te afecte.”
Y ahí que nos mantuvimos nosotros, en nuestras trece.
Ese fue el contexto en el que empezamos a interesarnos por las inversiones. Sobre todo en las alternativas a la inversión inmobiliaria que todo el mundo predicaba, como las acciones.
Pero, ante todo, fue la etapa en la que forjamos nuestra personalidad como inversores, que se resume en pocas palabras:
- Observa
- Saca tus propias conclusiones.
- Sigue el camino que tú consideres, no el del rebaño.
Pero ¿a qué viene todo esto?
Pues a la recomendación de la que te hablábamos al principio.
Si te fijas en la mayoría de la gente, los bancos tradicionales siguen siendo la opción más utilizada para ahorrar e invertir.
De hecho, ni se imaginan que pueda haber más opciones.
Pero hay una nueva forma de hacer las cosas que cada vez va ganando más fuerza y adeptos (nosotros entre ellos). Una nueva banca adaptada a la realidad en la que vivimos.
Hablamos de los neobancos.
Posiblemente sepas lo que son, pero lo explicamos brevemente:
Un neobanco es una entidad de nueva generación o fintech que se sirve de medios tecnológicos (web, app…) para funcionar y dar servicio a sus clientes. Es decir, no tiene sucursales físicas. Funciona 100% online.
Esto les permite ofrecer condiciones que la banca tradicional no puede ofrecer.
Nuestro favorito es MyInvestor, un neobanco experto en inversión.
Y es la sugerencia que queremos hacerte hoy.
Por sus condiciones al abrir una nueva cuenta, por sus hipotecas “sin mochila” y por sus carteras de inversión tanto activas como pasivas.
Basta ver lo que dicen sus clientes:
Algunas de las ventajas que te ofrecen son:
- Cuentas bancarias cuyas condiciones no necesitas revisar con tu abogado: son gratis, sin comisiones ni letra pequeña. Necesitas la app, sacarte un selfie y poco más.
- Tener tarjetas de débito y crédito que no se convierten en pasivos ya que no tienen comisiones de emisión ni mantenimiento. Las recibes gratis, las utilizas gratis.
- Mantener tu nómina y tus recibos donde tú quieras al no ser obligatorio domiciliarlos para obtener las mejores condiciones.
- Hipotecas que son solo hipotecas (“sin mochila”, las llaman) y no te obligan a contratar productos caros ni seguros que no necesitas para acceder a ellas con las mejores condiciones.
- Tener libertad para mandar dinero de forma gratuita a lo largo y ancho de la Unión Europea (zona SEPA).
- Las comisiones más bajas de España para la gestión y custodia de tus inversiones en fondos indexados. Algo que puede marcar una gran diferencia en este tipo de inversiones a largo plazo.
- Acceso a cientos de fondos de inversión sin veto a buenas oportunidades por intereses del banco y sin cantidad mínima inicial para que puedas empezar poco a poco.
- Condiciones simples y claras. Así de simple, así de claro. No hay mucho más que añadir.
- Subrogación de hipotecas desde 0€ (como decía Francisco Blanco en el comentario que hemos puesto más arriba).
- Formación en educación financiera por parte de un banco que quiere ser tu socio en vez de utilizar las cosas que tú ignoras en su propio beneficio.
En definitiva, un banco (neobanco) que cuida a sus clientes como debe.
Además, si sigues nuestra recomendación y abres una cuenta en MyInvestor a través de nuestro enlace…
Y aquí viene la sorpresa que decíamos…
Te llevas de regalo nuestro libro (en papel) La Guerra Financiera Asimétrica, nº 1 en ventas de Amazon y el tercer libro más regalado durante el Día del Libro. El libro
Nada mal, ¿no?
Puedes ver los detalles y abrir tu cuenta totalmente gratis en este enlace:
Me paso a los neobancos, me paso a MyInvestor
Un abrazo,
P.D. Como ves, tener el valor de no hacer lo mismo que los demás tiene sus ventajas.