Somos unos putos perros (pulgosos)
Somos unos putos perros pulgosos
La gran perrera estatal es el IRPF, Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, así como el resto del entramado tributario que padece el ciudadano vía IVA o Impuesto Sobre el Valor Añadido o IBI o Impuesto sobre Bienes Inmuebles o el Impuesto Sobre Sucesiones y Donaciones o cualquier otro atropello coercitivo perpetrado por el Gobierno contra su patrimonio e ingresos. Decimos perrera porque compartimos la opinión del escritor P.J. O’Rourke según la cual “al Estado le interesa la gente de la misma forma que a las pulgas les interesan los perros.” No se haga ilusiones: es usted un perro y, además, pulgoso. Evidentemente las pulgas son los políticos españoles.
El actual partido socialista en el poder (social-estatista o socialista de misa si prefiere) ha venido cometiendo innumerables tropelías tributarias en su nombre y el de la Nación. Ya se habrá enterado de que este atraco ha sido por su bien. No podría ser de otra manera. El gobierno del PP es de esa clase de violadores que se despiden de su víctima diciéndole “te quiero.” Solo falta un besito. Este “palo” con navaja envuelta en el Boletín Oficial del Estado (o Diario de Operaciones de los Golfos Apandadores) se ha engendrado ni más ni menos que para paliar el déficit gubernamental y salvar ese tinglado llamado “Estado del Bienestar.” Algún malpensado creerá que más bien se trata de salvar al Bienestar del Estado. No sabemos quién sustituirá al alicaído partido conservador español o si incluso tendrá sustituto. Lo que parece claro es que ninguno de los aspirantes promete alivio fiscal para la sufrida clase media ibérica y sí, en cambio, otra vuelta de tuerca en el corsé tributario. Por si las moscas coja aire no le vayan a partir una costilla.
La cosa no es para menos. Imagínese que después de todo lo que le retienen para mayor gloria del sistema de la Seguridad Social y tras haber abonado, en su caso, más impuestos en el IRPF, el IVA y, cómo no, otra inacabable lista de tasas y tributos varios con sus correspondientes recargos autonómicos, imagínese, pues, que tiene usted la absurda idea de ahorrar e invertir con las sobras que el coste de la vida y la voracidad de este comensal bulímico estatal le han dejado. Es más, imagine que llega a ganar dinero, ¡qué osadía!, fruto de sus esfuerzos en ahorro e inversión con un capital que ya ha sido sodomizado a latigazos por la hacienda pública. En tal caso, le tocará abonar al fisco entre un 19% y un 23% de lo obtenido con sus “sobras.”
A los perros sus amos les echan los restos de la comida mientras ellos se toman la mejor parte. Este amo, en cambio, es especial. Como observe que usted disfruta de sus sobras se abalanzará como si no hubiera mañana sobre las mismas para arrancarle unas migajas de la boca. Si querido amigo canino. Así es. Su “protector” y “benefactor” siempre, siempre, siempre tiene hambre. Le sablea sin límite como si el mañana no existiera al tiempo que le hace la sonrisa del Joker cada vez que tiene la desgracia de pisar la Agencia Tributaria.
Además, hasta hace no mucho tiempo al gobierno no le gusta la especulación a corto plazo y quería que usted invierta a largo plazo. El hecho de que la burbuja inmobiliaria española haya sido una especulación a medio y largo plazo (y la anterior de las punto com también) se la soplaba al señor Montoro y al resto de jetas que le reían las gracias. Sí, lindo pulgoso, según el gobierno, desde un punto de vista tributario, un especulador era aquel que obtenía plusvalías justo hasta el día 365, hora 23:59. A partir de ahí, en mágica metamorfosis, se transformaba uno un inversor. Como además de ser un perro es usted tonto y no sabe lo que le conviene es incapaz, por tanto, de ver la lógica profunda que anidaba en esta sabia ley que ni el propio Moisés hubiera podido parir mejor. Nosotros somos igual de pulgosos que usted y, en nuestra ignorancia, no hemos podido descubrir aún la egregia base filosófica que subyacía en aquel engendro. Base filosófica que, por cierto, ya ha cambiado para volver al estado anterior en el cual el fisco equipara temporalmente a todos los “especuladores.”
Este violador infatigable de patrimonios ajenos quiere además que esta inacabable y brutal sodomía tributaria tenga efectos beneficiosos en la economía. Sí, compañeros caninos, el gobierno desea que usted consuma para reactivar la economía. Lógico. Por eso le arrebata más dinero. Lógico… El gobierno además quiere incentivar el ahorro e inversión a largo plazo. Lógico. Por eso subió los tipos impositivos a las plusvalías Lógico… Claro. Si usted no fuera tan rematadamente tonto podría verlo. Menos mal que es el gobierno quien se encarga de su pensión de jubilación futura. ¡Qué alivio! Y es que a los perros y a los niños no se les puede dejar solos…
En esta snuff movie fiscal el psicópata de la motosierra lleva además la etiqueta de conservador y hasta liberal. Apariencias, apariencias. Zapatero parece un anarcocapitalista al lado de estos bandoleros de Génova. Esta socialización masiva de las pérdidas del Estado y la banca recae sobre la mayor parte de los españoles que aún aspiran a ser clase media. Muchos de ellos están hipotecados y, qué curioso, se dedican amortizar su deuda en lugar de consumir como belcebús, a pesar de que el gobierno ya les ha dicho mil y una veces que ¡venga majetes a consumir! Mientras estos pringados y los que no están hipotecados (pero pringados también) se aprietan el cinturón y reducen sus gastos, el señor feudal que les expolia las rentas y luego tiene los huevos de decirle ¡oye gástate algo! se lo pasa pipa yendo de aeropuerto en aeropuerto y de autopista en autopista (quebrados) tomando unos pinchos con sus colegas de la banca y de las cajas de ahorro a quienes las reglas del juego del mismo señor feudal les dejaron conceder hipotecas a 30 años incluso a quienes no sabían hacer una o con un canuto.
Como dijo una vez Arthur O. Fraser, economista y sociólogo británico, “los impuestos transforman al ciudadano en súbdito, a la persona libre en esclava y al Estado (nuestro supuesto servidor) en dueño de nuestras vidas y haciendas. Cuanto mayores son los impuestos y más insidiosa la acción recaudatoria, más súbditos y más esclavos somos del Estado.” Si cree que las amenazas contra su libertad vienen de las restricciones al derecho de manifestación y demás menudencias que circulan por las redes sociales es que usted no es consciente del alcance y las implicaciones que tiene en su vida la continua rapiña tributaria. Póngase las pilas y deje de retuitear a los antidisturbios que a fin de cuentas son unos pringados, como todos nosotros, y seguramente tienen las mismas hipotecas y las mismas facturas que pagar. Aún a riesgo de ser menos cool y no merecer un autógrafo de Manu Chao retuitee las reformas tributarias porque eso sí es un porrazo en todos los c…
Reflexione sobre estas palabras de Luis Ricardo Mequinenza, economista español, para quien “pagar un cinco o diez por ciento de lo que uno gana como empresa o a nivel personal es razonable para sostener las cuatro cosas que sí debe hacer el Estado. Pagar más es una confiscación ilegítima que justifica el empleo de cualquier estrategia internacional para evitar semejante robo.” No podríamos estar más de acuerdo.
Así es, estimado pringado de clase media y clase media-baja: es usted un apestoso perro pulgoso. Más le vale correr porque este violador gordo con motosierra fiscal puede estar ya pensando en su siguiente snuff para distribución privada en la banca española. “Castración tributaria” dicen que se va a titular.
Guau.
Me sorprende que no haya comentarios en este post, y ese ha sido probablemente el motivo que me ha decidido a publicar este comentario.
Muchas gracias por su labor pedagógica, y además humorística. E inteligente. Por crear la sombre de la duda, por estimular el espíritu crítico.Y el escepticismo. Por defender abiertamente que el Gobierno es más problema que solución.
Mi enhorabuena de este lector a partir de ahora habitual.
Hola y muchas gracias por leernos. Al lector de QI por lo general le interesan más los post de análisis de empresas. No obstante, como habrá observado, tenemos un gran interés por la difusión de la cultura financiera, asignatura pendiente, entre otras, de la clase media, y por contextualizar la posición del pequeño inversor en su particular lucha por labrarse un porvenir financiero saludable. En ese sentido, la serie de post que hemos comenzado sobre la GFA o guerra financiera asimétrica aportarán una contextualización estratégica y táctica al respecto. Celebramos que se lo haya pasado bien con la lectura. Tratamos de hacer accesibles las finanzas al público pero este es un tema muy árido y quizá el humor y un lenguaje más llano y menos técnico sea una buena opción. Somos escépticos al respecto pero lo seguiremos intentando. Respecto al gobierno, por favor no nos ayudéis más. Un saludo.
Enhorabuena por vuestro trabajo, me ha parecido genial…
Gracias. Un saludo!
Lectura didáctica, divertida y desgraciadamente “real como la vida misma”. El problema está claro, quienes han de cambiar las cosas, son aquellos que se benefician de que sigan como están. El problema es conocido, sería hermoso encontrarle solución. Desgraciadamente la incultura, es el pilar más fuerte sobre el que mantener el status quo, gracias por encender, aunque sean cerillas, para aportar luz en la medida de lo posible. Esperemos que alguien tenga interés en aprender. Yo agradecidísimo de estar entretenidas lecciones.
Hola y muchas gracias. Los zorros guardan el gallinero y éste está siempre a oscuras. Un saludo!