¿SE PUEDE ESPERAR ALGO DE LA INDEXACIÓN A LA BOLSA ESPAÑOLA?

by in Finanzas, la guerra financiera asimétrica, Opinión y Actualidad, Principios de Inversión 08/05/2022

¿SE PUEDE ESPERAR ALGO DE LA INDEXACIÓN A LA BOLSA ESPAÑOLA?

La pregunta parece una broma. Y no de muy buen gusto, por cierto. Vamos a ver de la mano del ING Direct Fondo Naranja Ibex 35 FI, el ineficiente fondo índice que comercializa tu banco naranja con unos gastos corrientes del 1.11%, qué hay de cierto y qué de mito en este asunto.

¿SE PUEDE ESPERAR ALGO DE LA INDEXACIÓN A LA BOLSA ESPAÑOLA?

En el siguiente cuadro podemos ver la evolución de 1 € a lo largo de los 19 años completos de historia que nos ofrece el veterano y caro producto naranja:

¿SE PUEDE ESPERAR ALGO DE LA INDEXACIÓN A LA BOLSA ESPAÑOLA?

Como se puede apreciar arriba, la performance del benchmark de referencia español a través de este instrumento financiero no nos ha dado demasiadas alegrías. En 2007 ese euro valía 2.75€, pero en 2021 eran 2.59€, con un breve instante, al terminar 2019, en el que casi empata con la más alta cima y gloria de la bolsa patria de 2007, de la cual hablamos aquí hace poco.

En términos reales las cosas son todavía peores. De acuerdo a los datos suministrados por el IPCA la inflación media anual del período ha ascendido a un moderado 1.95%, si bien bastante asimétricamente repartida. Un hecho histórico, esta moderada inflación, muy inusual en España, como ya hemos comentado hace poco. En términos reales vuelve a ser el año 2007 el de la cumbre de la evolución de ese euro, que subirá hasta 2.39 €, pero ahora ya ni siquiera nos volveremos a acercar a esa feliz cifra. De hecho, tan sólo en 2017 y 2019 se superarán los 2 euros:

¿SE PUEDE ESPERAR ALGO DE LA INDEXACIÓN A LA BOLSA ESPAÑOLA?

Y es que en 19 años hemos tenido 8 ejercicios de rentabilidades reales negativas. Un palo muy grande. Cabe entonces preguntarse si una indexación a largo plazo en base a aportaciones periódicas hubiera proporcionado al inversor alguna alegría. No muchas, la verdad, pero alguna sí.

Pongamos que el inversor aporta 1.200 € anuales, 100 € al mes, durante este período, un caso que perfectamente hubiera podido suceder en la realidad puesto que el Fondo Naranja existía y estaba al alcance de todos en 2003 (y al mismo coste que ahora). Esto es lo que hubiera sucedido:

¿SE PUEDE ESPERAR ALGO DE LA INDEXACIÓN A LA BOLSA ESPAÑOLA?

Se habrían aportado 22.800 € y ahora valdrían 29.441 €. Parece increíble que se hayan ganado más de 6.600€. No es una ganancia elevada desde luego, poco más de un 29%. Pero hay que resaltar dos cosas: que en ningún año habría tenido pérdidas, ni siquiera tras el 2008, y que al final hubiera conservado la integridad de su capital. Quiere esto decir que habría logrado salvar sus ahorros, lo cual vendría a confirmar el dogma de que las acciones son un buen activo para, al menos, proteger lo ahorrado. Claro que todo eso en términos nominales.

En términos reales la cosa cambia y lo hace de la manera en la que se muestra en la siguiente tabla:

Ahora el inversor sí experimenta años en los cuales el resultado obtenido está por debajo de lo aportado, pero sorprendentemente esto sólo sucede en tres ocasiones: 2008 y 2011-2012. De nuevo parece increíble. Los 22.800 € invertidos valen al final 24.583 € reales. Este fulano, fan de España, ya no obtiene unas ganancias de más de 6.600 € sino de 1.783 € “reales.” Es un pírrico 7.82%, pero de nuevo logra un importante objetivo: proteger el poder adquisitivo de su ahorro por encima del nivel de inflación. Otra vez, parece magia.

Se puede argüir que estos resultados los salvan los primeros cinco años, los años dorados de la bolsa española, 2003-2007. Pero en ese quinquenio, de los 22.800 € que finalmente invertirá el indexado español, se aportarán sólo 6.000 €. El resto, 16.800€, se añadirán en el terrible período 2008-2021. Por tanto, hemos de concluir que la bolsa, las acciones, puede que no ofrezcan resultados muy lustrosos a largo plazo, las españolas queremos decir. Hemos de añadir, además, que otras alternativas de renta variable y fija lo habrán hecho mejor. Cierto. Pero a la vez hay que subrayar que, frente a todo pronóstico, el mercado bursátil español, a través de sus blue chips, ha cumplido un importante objetivo: el de proteger el capital del inversor a lo largo del tiempo.

Y terminamos diciendo que, al contrario de cuando muchos inversores hablan de bolsa norteamericana y global haciendo proyecciones de lo que “hubiera podido ser”, el ejemplo usa un instrumento financiero, el oneroso Fondo Naranja de ING Direct, que sí podría haber sido utilizado por el inversor, no como los Vanguards y Amundis de Excel que no había donde encontrarlos en 2003 ni, de hecho, mucho más tarde.

No sé si nos hemos explicado bien, así que volveremos a la carga con este mismo asunto, pero esta vez from hell, desde el mismísimo infierno.

@mellizonomics & @quietinvestment

 

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