A PERRO FLACO TODO SON PULGAS, A ÍNDICE FLACO TODO SON GASTOS
Entre el onírico IBEX35 Total Return, capaz de generar una rentabilidad total acumulada del 824% y compuesta anual del 8.58% desde su rojo nacimiento en 1992 hasta su último y también rojo ejercicio de 2018, y el IBEX35 NET Return (en nuestra versión gore) mediaba, para alarma de cualquier inversor prudente, el IBEX35 TR Deflacionado. Aparcado lo habíamos dejado por la existencia de “dudas razonables” y relativamente contentos estábamos de la mano de esa rentabilidad total acumulada del 546% y compuesta anual del 7.16% que tras el abordaje tributario nos legaba con aparente desdén la nefasta Hacienda.
Así de generoso se mostraba este más que prudente IBEX35 NR:
No obstante, ya advertíamos en La Guerra Financiera Asimétrica de la presencia de mercenarios aviesos a quienes era necesario mantener a raya. Entre ellos estaban los brókeres y la industria de los fondos de inversión, algo que reiteramos en nuestra conferencia en la Value School. Alguno nos ha tildado de escritores-suicida o, al menos, de conferenciantes-suicida pero aquí podemos garantizar que no ha sido así. En ambos casos.
La triste y amarga realidad no es otra que la imposibilidad de acceder a los mercados sin coste. Aunque la última década ha sido testigo de un increíble proceso de democratización en el acceso a los mercados financieros y una mejora en los costes lo cierto es que si invertimos a través de un fondo de inversión habremos de abonar un precio por ello. Tanto si éste se decanta por la gestión pasiva como si lo hace por la activa la verdad no es otra que la de pasar por caja. Ese coste es variable según la gestora de FI que uno contrate, pero por norma general los gastos generales de un fondo índice que, por ejemplo, replique al IBEX35 son menores que los de otro que opte por seleccionar las mejores acciones y condenar al ostracismo a las peores.
Los gastos generales de un fondo índice no deberían superar en ningún caso el 1% aplicado sobre patrimonio. De hecho, un 1% es un coste elevado para un instrumento de esta índole. Pero como ya hemos partido de una retención tributaria confiscatoria de los dividendos del 35% a modo de “escuela del terror”, dibujando un escenario altamente hostil para el inversor, no vamos a ser menos con los gastos de intermediación de un FI que hubiese replicado al IBEX35 TR desde su creación en 1.992 hasta ahora.
Por eso, vamos a transformar el IBEX35 NR de arriba en el IBEX35 Nominal. Para ello restaremos a la rentabilidad del primero nada más y nada menos que un 1.5% en concepto de gastos generales, un auténtico robo (a mano desarmada, eso sí), obteniendo de esta manera la rentabilidad final que hubiera logrado el inversor tras ser trasquilado por un fisco más avaricioso que el Sheriff de Nottingham y por una gestora usurera capaz de reclamar un 1.5% sobre patrimonio por replicar un índice de tan sólo 35 empresas.
Esto es lo que sucede:
Este aparentemente nimio coste de un 1.5% reduce la rentabilidad total acumulada del 546% al 337% y la compuesta anual del 7.16% al 5.62%. Puede que el lector alegue que, al igual que con la retención de los dividendos del 35%, estos gastos generales del FI son artificialmente elevados y que, actualmente, es posible encontrar instrumentos indexados más económicos que bajen del 1%. Puede que tenga razón y nuestra simulación sea exagerada. De todas maneras, preste atención al coste de uno de los FI índices más veteranos del mercado español, el ING Direct Fondo Naranja Ibex35:
Como puede observar no andamos tan desencaminados. Se puede alegar que en el futuro estos costes tenderán a bajar y así lo esperamos todos. Pero fieles a nuestra naturaleza agorera y pinchaglobos hemos creído oportuno dibujar para el inversor-lector un escenario tan hostil como nos ha sido posible. Es verdad que el IBEX35 TR lo ha hecho mal en comparación con otros índices más decentes. Esto es incuestionable. Se puede dudar en cambio del escenario que hemos planteado bien porque no se abonan retenciones tan altas, bien porque las comisiones son más bajas. En el tema impositivo nada se opone a que nos crucifiquen con una retención del 35% y de hecho en algunos países ya es así o existen tasas del 30% u otras más elevadas que las españolas. Que los costes de intermediación son exagerados resulta más plausible y quizá, siendo prudentes, un 1% hubiese sido suficiente.
Sin embargo, reiteramos que financieramente hablando es mejor restar que sumar. Resulta conveniente a la hora de estimar qué podemos esperar de la renta variable en acciones cotizadas plantear un entorno más pesimista que otro optimista. Usando estos criterios se evitan decepciones innecesarias al tiempo que se perfilan los infranqueables límites en términos de rentabilidad de la inversión indexada a largo plazo.
He aquí, todo el escenario, desde el IBEX35 al IBEX35 TR pasando por el IBEX35 NR y llegando al IBEX35 Nominal:
Como vemos, desde la desnuda rentabilidad del IBEX35 “pelado” (228%) a la ideal rentabilidad del IBEX35 TR (824%) media un IBEX35 NR (546%) más realista tirando hacia abajo y otro aun más lóbrego que nos deja con el IBEX35 Nominal (337%).
A la vista de semejantes recortes vale la pena preguntarse si realmente invertir en Bolsa es una opción o, para ser más precisos, qué tipo de opción representa la inversión bursátil indexada en términos de rentabilidad probable esperada. O sea, de nuevo expectativas versus realidad probable (y prudente).
Claro que antes pasaremos este escenario por el tamiz de la nefasta inflación. Faltaría más.