PARAMÉS DISPARA PRIMERO
PARAMÉS DISPARA PRIMERO
La última noticia relevante que se ha producido en la bulliciosa industria de los fondos de inversión española ha venido, finalmente, de la mano de Cobas AM, la gestora independiente española de estilo value que a nadie deja indiferente. Francisco García Paramés, ha hecho honor a su palabra y parece que “ha llegado el momento de que Cobas AM reconozca esa fidelidad incondicional (la del partícipe) con una nueva estructura de comisiones alineada con el tiempo de permanencia de los partícipes en nuestros fondos… sea cual sea el patrimonio de nuestros inversores.”
Así, informa la gestora que “la CNMV nos acaba de dar su aprobación para que a partir del 1 de enero de 2021 podamos disminuir las comisiones a nuestros inversores según vaya aumentando su tiempo de permanencia en nuestros fondos. Es decir, que podamos premiar la fidelidad de los partícipes y de este modo reconocer su compromiso con la inversión a largo plazo.”
Por tanto, “las nuevas comisiones de gestión, desde el 1 de enero de 2021, estarán basadas en clases de fondos y se irán bajando en función de la antigüedad del cliente. Esa antigüedad estará determinada por el tiempo transcurrido desde la primera aportación a los fondos, y se mantendrá intacta mientras mantenga posición en los fondos sujetos a esta mejora de comisiones.”
Señala Cobas que “estas modificaciones responden únicamente a la enorme responsabilidad, la gran fidelidad y el extraordinario compromiso que nos han demostrado nuestros partícipes en momentos tan difíciles, y en ningún caso se trata de una estrategia de retención, pues aquellos inversores que reembolsen mantendrán su antigüedad en los fondos, siempre y cuando conserven al menos una participación.” Una afirmación, esta última, cierta, pero de la cual no puede afirmarse que no constituya “una estrategia de retención” pues toda mejora en las condiciones de un contrato que beneficie al que recibe el servicio, basada en una rebaja de los costes de dicho servicio, no deja de ser en parte o en gran parte “una estrategia de retención.” Lo cual, por otra parte, nada tiene de malo. A su vez, dada la particular naturaleza del negocio de los fondos de inversión, a nadie se le oculta que la mejor estrategia de retención consiste en la obtención de altas rentabilidades.
En definitiva, se crean varios tipos de participaciones y “a partir del 1 de enero de 2021, todos los inversores que posean al menos una participación a 31 de diciembre de 2020 en fondos de renta variable pasarán de forma automática a ser partícipes de la Clase C (clase actual renombrada), y verán reducida la comisión de gestión al 1,50%, en lugar del 1,75% anterior… Los fondos a los que se les aplica esta reducción son: Cobas Selección, Cobas Internacional, Cobas Iberia y Cobas Concentrados. En el caso del fondo Cobas Grandes Compañías la comisión pasará a ser de un 0,95%. Los nuevos partícipes (aquellos suscriptores que no tuvieran a 31 de diciembre de 2020 participación alguna en nuestros fondos de renta variable) se incorporarán desde el 1 de enero de 2021 a la nueva Clase D, cuya comisión de gestión se situará en el 1,75%. A partir del 3 de febrero de 2022, coincidiendo con el quinto aniversario de la gestora, se creará una nueva clase de participaciones (Clase B), cuya comisión de gestión se situará en el 1,25%, (el 0,85% para el fondo Grandes Compañías). Por último, el 3 de febrero de 2024 se creará la Clase A para los partícipes con una antigüedad de siete años en los fondos de inversión de renta variable gestionados por Cobas AM. A estos inversores se les reducirá la comisión de gestión al 1,00% (el 0,75% para el fondo Grandes Compañías).”
La valoración que se puede hacer de esta modificación en la estructura de las comisiones es, evidentemente, positiva. En un doble sentido. Primero, de manera interna, para los partícipes de Cobas constituye per se una buena noticia pues la gestión se abarata. Segundo, de manera externa, el resto de la industria, o el nicho donde opera Cobas más bien, recibe una sacudida que previsiblemente obligará a “mover ficha” en la misma dirección a otras gestoras, como Azvalor o Magallanes, o a enrocarse en su posición actual. Cabe señalar que en gran medida FGP ha sido un pionero en España y parece que ahora, con sus FI bajo lupa debido a los malos resultados, también lo sigue siendo, a su manera. En todo caso, hay que reconocer que FGP es una persona muy inteligente o, quien lo prefiera, “muy lista”, sin que esto último tenga (más bien, al contrario) ninguna connotación negativa. Si se cumplen sus previsiones de revalorización seremos los primeros en reconocer lo anterior por partida doble.
Evidentemente, no llueve a gusto de todos y tampoco en este tema lo hará. En primer lugar, porque cabe señalar que, en las condiciones actuales, no ya una comisión de gestión sino un TER superior al 1.50% sobre patrimonio, para la gestión activa, debería ser lo máximo que los inversores deberíamos estar dispuestos a abonar. En segundo lugar, puede que la estructura de tipos de participaciones diseñada por Cobas parezca demasiado complicada. Pensemos que los propios folletos de los fondos de renta variable de la gestora señalan un plazo de 5 años como el mínimo recomendado de permanencia. Pongamos dos trienios, 6 años. Tranquilamente podría haberse establecido unos costes totales del 1.50% para los primeros 6 años y más reducidos a partir de entonces, con dos tipos básicos de participaciones. En tercer lugar, por tanto, siete años es demasiado tiempo para disfrutar de las mejores condiciones. Si el largo plazo mínimo recomendable para la inversión es el de 5 años señalado en el folleto, que bien pueden ser seis, entonces la mejora para el partícipe debiera empezar ahí.
Como cuarto apunte, por supuesto, tenemos la cuantía de la reducción. A nuestro modo de ver, no haríamos diferencias entre los distintos fondos y, pasados 6 años, al comenzar el séptimo y no al terminarlo, todos los fondos de renta variable tendrían un coste de 0.75%. Esas condiciones nos parecerían realmente ventajosas para el partícipe y más justas. Cobas tiene un AUM, a pesar de la depreciación actual, que puede soportar perfectamente esa estructura. Es verdad que también se ha anunciado el cierre de los fondos a partir de un determinado volumen, pero actualmente no parece que esta hipótesis se encuentre cerca de cumplirse y, por tanto, lo anterior no iría en contra de los intereses de la gestora.
También es verdad que hay otras formas de cobrar. Por ejemplo, la legislación permite que se aplique sólo una comisión sobre los beneficios, como máximo un 18%. No conocemos ningún caso en el cual sólo se haga eso y es evidente que, en el supuesto particular de Cobas y puede que en muchos otros una decisión de tal calibre condene a la gestora a perder dinero durante algunos ejercicios. Si previamente no se posee músculo financiero, no todas podrían resistir. Además, habrían de gestionar un volumen suficiente de activos y, por supuesto, obtener rentabilidades positivas de cierta envergadura para que tan sólo con el 18% de los beneficios del patrimonio gestionado, y no sobre el patrimonio en sí, se ganase dinero. No nos parece imposible pero sí muy difícil. No creemos que haya ningún profesional en España ni ninguna institución capaz de semejante proeza.
En realidad, y esto es aplicable también a Quiet Investment, de la misma forma que todos tenemos sálvese el nombre la parte, todos tenemos a su vez nuestra propia estructura de costes ideal para la gestión. Hablar y pontificar sí es gratis. Gestionar con éxito lo ajeno y contentar a todo el mundo ni es gratis ni es fácil.
Podemos concluir que estamos ante una buena noticia que podría haber sido mejor y haber tenido lugar antes, uno o dos años antes. Creemos, pero es solo una especulación, que FGP ha desenvainado una espada que pocas gestoras quieren desenvainar pues ninguna “quiere la guerra” o, mejor dicho, “quiere esa guerra”, la de las bajas comisiones, pues la supervivencia queda al albur del AUM. También nos parece razonable que se diferencie entre partícipes según su compromiso con el largo plazo. Un vistazo a Twitter es más que suficiente para darse cuenta de la gran dosis de hipocresía que subyace en el “largoplacismo” de muchos de los declarados partícipes de las gestoras values españolas, ahora en momentos bajos. El partícipe que huye puede ser un problema y una carga no ya para la gestora sino para los otros partícipes. Se trata de un asunto delicado. Quien invierte en un fondo de inversión en acciones orientado al largo plazo debe ser consciente de que un lustro o dos trienios es lo que tiene que esperar antes de siquiera “empezar” a tomar decisiones de abandono. De lo contrario, no vengas porque ni esto (ni las acciones ni otros fondos) es lo tuyo.
Los gestores cuyos fondos han ido bien en los últimos tres años puede que no sean conscientes del peligro que les acecha, sobre todo si no gestionan demasiado dinero, si el viento cambia de tercio. Y el viento siempre cambia de tercio. Los mismos que les halagan en RRSS y publican sus buenas rentabilidades dándoles las gracias en público serán los primeros en crucificarles. Cobas no ha tenido ese problema y es previsible que no lo tenga (hasta cierto punto) y eso es una ventaja que no se valora correctamente. De los altares a la pira humeante media menos camino del que los nuevos gestores creen. A pesar de sus errores, FGP es perro viejo, tiene muchos galones y, como todos sabemos, sabe el diablo más por viejo que por diablo, si bien creemos que en Cobas predomina no lo demoníaco sino lo piadoso y la gente de orden. Como nosotros.
Compren palomitas. Puede que una pequeña guerra haya comenzado.
@mellizonomics & @quietinvestment
Pues parece más de lo que es. Porque realmente, el coste medio ponderado a 7 años y suponiendo que no se hagan aportaciones adicionales, es del 1,53%. Algo es algo, pero tampoco es una locura.
En cualquier caso, todo lo que sea competir en eficiencia, bienvenido sea.
Un saludo.
Hola. Efectivamente. Como bien decimos en el post, las alternativas a la hora de recortar son muchas. Bienvenida sea esta noticia, pero bien podría haber venido antes y bien podría incorporar una reducción más sustancial, como la que finalmente se aplicará al Cobas Grandes Compañías, sin ir más lejos. Saludos cordiales.