LOS “INCONVENIENTES” DE JIM SIMONS
LOS “INCONVENIENTES” DE JIM SIMONS
Se puede afirmar sin lugar a duda que Jim Simons demostró que los libros de texto estaban equivocados. El genial profesor de matemáticas que dirigió Renaissance Technologies descubrió cómo vencer al mercado de manera fiable. No ha sido el único. Ni lo será. Pero ha sido de los mejores sino el mejor. O casi. Depende de lo que luego veremos.
Jim Simons, ya dimitido como presidente de Renaissance Technologies LLC, considerado como el hedge fund cuantitativo más exitoso de la historia. Demostró, pues, que la teoría financiera dominante, que afirma que el mercado no puede ser derrotado de manera constante, estaba equivocada. Sin embargo, las “limitaciones” del éxito de Renaissance muestran que los libros de texto tampoco son una locura. ¿Limitaciones del éxito? Veamos.
El núcleo de la teoría financiera dominante es la hipótesis de los mercados eficientes. Esta sostiene, entre otras cosas, que la única forma de obtener rendimientos consistentemente más altos en el mercado de valores es aceptar un mayor riesgo. El razonamiento es que, dado que los mercados financieros involucran a tantos participantes capacitados que intentan calcular el precio correcto de los activos, ningún operador podrá retener una ventaja informativa durante mucho tiempo; si se descubre una estrategia ganadora, esta no durará demasiado antes de que alguien más lo descubra también y la copie, y, por tanto, la ventaja inicial desaparecerá.
No obstante, Simons demostró que esta teoría era engañosa. Matemático de clase mundial, dejó su trabajo de profesor en el departamento de matemáticas de la Universidad de Stony Brook a los 40 años para iniciar una carrera meteórica en el mundo de las finanzas. Contrató a los matemáticos y científicos más selectos que el dinero podía comprar, de todo el mundo. Luego los instaló en el campus altamente secreto de Renaissance en Long Island, para que los tiburones de Wall Street fueran menos propensos a olfatear sus estrategias. Renaissance fue administrado por expertos, con un ambiente abierto y libre más parecido a un departamento universitario que a una empresa. Las estrategias de trading se explicaron, discutieron, debatieron y, finalmente, se pusieron en práctica, pero solo una vez que se habían testeado sin piedad.
Esa combinación de personal y cultura de gestión era simplemente más inteligente que el mercado. Desde 1988 hasta 2018, el emblemático Medallion Fund de Renaissance tuvo un rendimiento anual promedio de alrededor del 40% después de costes, casi sin años de pérdida de dinero. Aunque las estrategias de Medallion finalmente fueron descubiertas por el mercado, lo que obligó a la empresa a encontrar y explotar nuevas ineficiencias, su rentabilidad duró décadas en lugar de años. Ese rendimiento superior constante le ha valido a Simons una fortuna estimada de 22.900 millones de dólares, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg.
Pero la forma en que Renaissance tuvo éxito también muestra por qué es tan único y excepcional, y por qué vencer al mercado es tan increíblemente difícil. Y aquí viene lo de las “limitaciones del éxito.” Entre comillas, por supuesto, pues ya quisiéramos todos “padecer” esas supuestas “limitaciones.”
En primer lugar, los rendimientos del Medallion Fund no se beneficiaron del interés compuesto. Esto quizá sorprenda al lector. Por lo general, pensamos que los rendimientos financieros se componen exponencialmente con el tiempo. Si invierte $ 1,000 en el índice S&P 500 y este crece a una tasa anual del 10% durante 40 años, terminará con alrededor de $ 45,000. Pero los retornos del 40% de Medallion no podían funcionar así. El fondo administra actualmente alrededor de $ 10 mil millones. A una tasa de rendimiento anual del 40% durante 20 años, $ 10 mil millones se convertirían en $ 8.4 billones, más del doble de la cantidad administrada actualmente por todos los fondos de cobertura del planeta.
Obviamente eso no ha sucedido. El Medallion Fund realiza distribuciones regulares de ganancias para que la cantidad total de dinero en el fondo se mantenga en unos pocos miles de millones de dólares. Dicho de otra manera, los inversores no pueden conservar todo su dinero en Medallion año tras año hasta que llegue a la luna; en cambio, solo pueden mantener una parte allí, ganando dinero de manera constante pero no exponencial. El inversor de Medallion, cerrado desde 1993 a nuevos inversores, podría decir que ha invertido, hasta cierto punto, en un hedge fund de reparto y no de capitalización, por decirlo de alguna manera, algo que sorprenderá a muchos inversores, obsesionados con el compounding. Claro que un 40% de rentabilidad sobre el capital invertido que se reparta anualmente es lo que podríamos llamar la apoteosis del dividendo rentable. ¿Dónde hay que firmar?
Sin lugar a duda, la razón por la que Medallion se mantiene relativamente pequeño es porque sus estrategias no son escalables. Las ineficiencias del mercado que permiten a los matemáticos brillantes hacer dinero estable no son infinitas; apueste suficiente dinero en estas estrategias y dejarán de obtener grandes beneficios, a medida que los precios se muevan hacia una alineación más eficiente. Esta es la razón por la que Renaissance no permite que los inversores mantengan todo su dinero en Medallion y por la cual está cerrado; más dinero reduciría los rendimientos. Renaissance opera también con otros fondos que utilizan diferentes estrategias, más escalables, y que están disponibles para inversores externos. Pero estos fondos más amplios carecen de la “magia” de Medallion. Durante el vertiginoso año 2020, cuando el Covid-19 trastornó los mercados financieros, Medallion supuestamente acumuló un rendimiento del 76%. Pero tres de los fondos más grandes de Renaissance sufrieron grandes pérdidas.
Eso no es un golpe contra Renaissance; a veces los fondos pierden dinero y 2020 fue un año muy inusual. Pero muestra cómo el tipo de casi invencibilidad que disfruta el fondo mágico Medallion no es la clase de cosa a la que la mayoría de los inversores pueden tener acceso.
En otras palabras, al demostrar que es posible vencer constantemente al mercado, Jim Simons y su alegre banda de genios matemáticos también muestran lo increíblemente difícil que es hacerlo. Renaissance ganó un montón de dinero, pero no revolucionó el mundo de las finanzas. Para los simples mortales, que incluye la abrumadora mayoría de los fondos de inversión y hedge funds, el historial de Simons permanecerá, desde luego, fuera de su alcance para siempre.
La cuestión, para el hipotético inversor de Medallion, es que habrá obtenido beneficios regularmente, altos y consistentes. Pero no habrá podido beneficiarse del poder del interés compuesto. Un “drama” dentro de una bendición. Por el contrario, habrá tenido que pagar impuestos al fisco y tomar una decisión de asignación de capital con lo que le quede: consumo o re-inversión…pero no en Medallion. Cuidado, por tanto, con hacer cuentas de rentabilidad en base a los resultados de Simons porque sí existe un pequeño “inconveniente” en la performance de Medallion desde el punto de vista del inversor que piensa en la capitalización del ahorro. En una especie de cruel ironía, el éxito de Medallion impide la capitalización compuesta de los beneficios porque se corre el riesgo de destruir su rentabilidad. Comedia y tragedia, dicen, son dos caras de la misma moneda.
Qué más quisiéramos todos que sufrir “tragedias” de este tipo.
@mellizonomics & @quietinvestment
Fuente: Bloomberg.
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