La friendzone y la bitchzone bancaria

by in Dinero, ¿para que? 27/04/2014

La friendzone y la bitchzone bancaria

 La friendzone es aquella situación en la cual una persona que mantiene una relación de amistad con otra desarrolla sentimientos más intensos hacia aquélla y quiere pasar a ser “algo más.” A menudo, la otra persona desconoce esta circunstancia acerca de los deseos de su amig@ y se encuentra bastante feliz y satisfecha con esa relación de amistad. Como resultado, la otra parte se siente atrapad@ en la friendzone, incapaz de realizar esa transición desde “amigos” a “algo más que amigos.”

Estar prisionero en una amistad queriendo algo más puede ser una situación muy frustrante. A veces este escenario está motivado por deseos sexuales o románticos en el cual el amigo desea una relación más íntima con la amiga. Esto les ocurre más a los hombres dado que son propensos a querer pasar de la simple amistad con una mujer a algo más serio. Es la friendzone típica que vamos a aplicar al sector masculino.

Por otro lado, hay amigos que tienen una “relación con beneficios” o “derecho a roce” y uno de ellos quiere, sin embargo, una relación estable y con más compromiso por parte del otr@. Esta situación, dada la naturaleza masculina, afecta más a ellas que a nosotros. Es la friendzone típica femenina y que para diferenciarla de la masculina, antes descrita, vamos a llamar aquí bitchzone. Se trata, no obstante, de un mero matiz semántico que no afecta al meollo de la cuestión sino a las diferentes circunstancias que en un caso y en otro suelen ser más frecuentes para cada sexo.

El banco y tú

El banco puede ser un buen amigo. Gestiona tu cuenta corriente, domicilia tus recibos, te proporciona tarjetas de crédito y débito que facilitan tus compras, puede ser un intermediario financiero eficiente y eficaz, etc… Sin embargo, es el peor lugar del mundo para encontrar una gestión rentable de tu ahorro e inversión. ¿Qué quieres realmente de tu amig@? Sexo, amor y compromiso. ¿Qué quieres de tu ahorro e inversión? Rentabilidad. Necesitas esa rentabilidad para crear patrimonio.

Por tanto, para él: “tú no te la vas a tirar ni ella va a salir contigo. Su novio es el Gobierno y sus amantes las grandes empresas y tú no puedes competir con ellos. No importa lo fiel que le seas, la cantidad de productos bancarios que le compres (como depósitos a plazo) o lo mucho que te muestres disponible y anhelante de recibir sus propuestas. Olvídate, aquí no vas a pillar “rentabilidad.”

Por tanto, para ella: “tú no eres especial y tú no vas a ser la que lo cambie ni él va a cambiar por ti. Tan pronto salgas por la puerta de la oficina su atención se va a dirigir a “otra” y en menos de un minuto ya te habrá olvidado. No importa lo brillantes y elegantes que sean sus oficinas. Tú sólo eres una más. Así que olvídate tú también: aquí tampoco pillarás “rentabilidad.”

El pagafantismo financiero de la clase media

Chico, deja ya de pagarle las copas, de invitarla a cenar y de escuchar sus problemas con otros tíos. Chica, deja ya de acudir a su apartamento cuando él te llama, de complacerle en todo lo que te pida y de estar disponible siempre, incluso cuando te deja plantada. Esta es la clase de relación enfermiza que la clase media mantiene con la banca. Nosotros le llamamos “pagafantismo financiero” y consiste, básicamente, en hacer el prim@ cumpliendo todos los caprichos de la diva y del “bad boy” en la creencia de que ést@ van a retribuir nuestro “buen comportamiento.”

Bien, eso no va a suceder. En primer lugar porque tú no te estás comportando bien. Al contrario, eres agradable y solícit@ porque quieres algo de él/ella. En lugar de actuar como un hombre o una mujer, preguntando y exponiendo qué es lo que tú realmente quieres, te dedicas a malgastar tu tiempo haciendo favores a alguien que está bien dispuest@ a recibirlos pero que no tiene la más mínima intención de retribuirlos como a ti te gustaría que lo hiciese dado que no siente atracción o amor hacia ti. El autoengaño y la espera no harán cambiar las cosas.

Para él: tu comportamiento es sexista porque las mujeres son personas y no máquinas expendedoras de sexo que funcionan introduciendo “monedas de amabilidad. No eres un “buen tío” sino un capullo inseguro que no tiene el valor de ser auténtico ni el coraje de aceptar el rechazo. No es ella la que te ha metido en la friendzone. Has sido tú solito porque tu comportamiento es interesado y no sincero. Despreciando el valor de la amistad femenina la has convertido en un objeto con teclas sólo apto para ofrecer sexo y romance. Entérate de una vez de que las mujeres están en este mundo para muchas más cosas. Exactamente las mismas que nosotros.

Para ella: los hombre no son máquinas expendedoras de atención, cariño y amor que funcionan introduciendo “monedas de sexo.” No eres una “buena tía” sino una pringada insegura que lo considera a él mejor que a ti misma y que espera que los hombres se comporten como en las películas románticas. Él no te ha metido en la bitchzone. Has sido tú solita la que ha acabado ahí porque has preferido adaptarte a los roles que se te han impuesto desde afuera en lugar de pedir en voz alta lo que realmente quieres y hacer frente a una respuesta que quizás no te agrade escuchar. Ve pensando que la edad de las cavernas se ha terminado y que cada vez más los hombres estén ya hartos de ser proveedores de seguridad. Entérate de una vez de que ellos están en este mundo para muchas más cosas. Exactamente las mismas que vosotras.

Así que ahora, ¿cuánto te paga el banco por un depósito a un año? ¿Cuánto te pide a ti por un crédito personal al consumo durante el mismo período de tiempo? ¿Se parecen en algo las cifras? ¿Cuál de las dos es más o bastante más elevada? ¿Estás, por tanto, haciendo negocios con alguien en una situación de más o menos igualdad? Seguro que eres capaz de responder a estas preguntas por ti sol@. Entonces… ¿qué demonios haces buscando rentabilidad y una buena gestión de tu ahorro e inversión en el banco?

Hay más pescado en el río

Abandona, pues, la friendzone y la bitchzone que sólo existen en tu imaginación y como excusa para justificar tu fracaso y tus frustraciones. Empieza a salir y a conocer a otras personas. Una vez que sabes lo que quieres y has dejado de sentir lástima por ti mism@ descubrirás que las alternativas son mejores que lo que tú antes considerabas “el amor de tu vida.” Comienza tu búsqueda en el lugar apropiado y examina las opciones que más te convengan.

El banco no está ahí para conseguir rentabilidad para ti porque ese no es su negocio ni el personal que trabaja allí sabe cómo hacerlo. El banco está para prestar dinero a largo plazo a “otros” una vez que te ha vendido sus depósitos a corto plazo por los cuales te paga un interés más bajo que el que demanda a largo plazo a esos “otros.” Además, a igualdad de condiciones te trata peor porque el interés anual que exige por un crédito al consumo es mayor que el que ofrece por un depósito al mismo plazo. Puedes ser amigo del banco y éste puede ser un buen amigo tuyo siempre y cuando tengas claro que ahí termina todo. La “rentabilidad” tienes que buscarla en sitios más adecuados y mejores.

Si perteneces a la sufrida clase media española ahora mismo es posible e incluso probable que tengas que hacer frente a una hipoteca cuyo montante es superior al valor de tu inmueble. Además, tienes que pagar, por otro lado, la factura del rescate bancario dado que el gobierno (el que se tira a la chica, la que sale realmente con el chico) te ha endiñado analmente una factura, la de la crisis, que a ti no te correspondía pagar. Por si no te has enterado, estás abonando las pensiones de muchas personas que han accedido a esta condición en mejores circunstancias legales de las que tú accederás en el futuro. Si no te suenan los términos “solidaridad intergeneracional” y “factores de sostenibilidad del sistema de pensiones públicos” vete googleándolos y entérate de lo que se te viene encima.

Como guinda recuerda que el novio malote o la diva, esto es, el gobierno, gastan dinero a espuertas. Para ser más precisos, tu dinero. Como ya te habrás enterado los políticos locales son propensos al despilfarro pero, ¡qué afortunada casualidad!, ahí está el IBI para solucionar sus problemas, que no los tuyos. Total, adónde va a huir un hipotecado con su inmueble, se habrá dicho a sí mismo el alcalde partiéndose la caja. Como puedes ver, a perro flaco todo son pulgas.

Así pues, cornud@, apalead@, friendzonado, bitchzonada o como quieras llamarle a todo esto, desde estas líneas sólo podemos recomendarte lo siguiente: no puedes evitar que te obliguen a ser un pagafantas pero sí puedes evitar ser de motu propio un pagafantas. Afortunadamente para ti, hay más pescado en el río. Coge la caña y empieza ya a pescar en el lugar adecuado.

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2 Comments
  1. Llevo 25 años trabajando en un banco y lo has CLAVADO.
    Saludos

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