¿INVERTIR EN ESTADOS UNIDOS O EN EL MUNDO?
¿INVERTIR EN ESTADOS UNIDOS O EN EL MUNDO?
En los años 60 la carrera espacial sugería que la Unión Soviética estaba tecnológicamente más avanzada que los países del bloque occidental, especialmente los Estados Unidos. No obstante, fueron estos quienes terminaron llegando primero a la Luna. Ya entonces se hablaba de la “decadencia del Imperio Norteamericano.” Después, en los años 70, este Imperio hubo de retirarse derrotado de Vietnam, sufriendo por el camino la crisis del petróleo (al igual que el resto de las naciones occidentales) entre episodios de alta inflación, crisis económica e incremento de la criminalidad, terminando la década con la humillación de la crisis de los rehenes de la embajada de Teherán. En 1979, el comunismo internacional patrocinado por la entonces Unión Soviética alcanzaría su máxima expansión mundial. De nuevo, se habló de la “decadencia del Imperio Norteamericano.”
Sin embargo, la carrera armamentística iniciada por Reagan, el avispero afgano y Chernobil, así como las propias contradicciones internas del régimen soviético, terminarían precipitando la caída de la Unión Soviética y sus satélites y el renacer, otra vez, del Imperio yankee. Ahora, China y el surgimiento de otros contrapoderes geopolíticos y económicos, como la India, así como el lío de la Guerra de Ucrania, pero quizás sobre todo la “amenaza” asiática, vuelven a poner sobre el tablero la manida expresión “decadencia del Imperio Norteamericano.”
Parece este declive eterno. Tan eterno como la vida útil de un inversor indexado. Éste se debate entre distintas alternativas de indexación general, como el MSCI World o el MSCI ACWI y, por supuesto, la adscrita al devenir del S&P500, benchmark de referencia mundial y benchmark particular de los Estados Unidos, una doble condición que inquieta al inversor adicto a los postulados de John C. Bogle.
Así, una de las preocupaciones típicas del indexado es la preponderancia del peso de las empresas norteamericanas en la configuración de los índices de referencia globales, tanto el World como el ACWI. Más de 2/3 partes del MSCI World es USA y más del 60% del ACWI también es USA. Algo que alarma al inversor porque entiende que no se cumple el criterio de diversificación territorial o bien que este no se cumple adecuadamente. Sin embargo, los índices se ponderan en base a capitalización y, por tanto, nada se puede hacer al respecto. Es un hecho que sólo puede variar tal situación si la manera de construir un índice difiere del peso de cada acción en bolsa. Asunto, por otra parte, no exento de polémica.
El temor del indexado, no obstante, puede ser relativamente irrelevante. Es decir, que Estados Unidos domine la capitalización bursátil mundial no es un hecho novedoso. Es la regla general de los últimos 100 años. De hecho, sólo la burbuja inmobiliaria y bursátil japonesa de finales de los 80 y principios de los 90 puso en jaque esta hegemonía. Por muy poco tiempo y, además, sin desbancar al coloso “useño.” Si el inversor indexado del siglo XXI está alarmado por la preeminencia norteamericana entonces es que no ha visto esa preeminencia en los años 50-70, todavía más acusada que la actual, como nos lo recuerda el Credit Suisse Global Investment Returns Yearbook 2022.
Así pues, el mercado bursátil más estudiado, eficiente y rentable ha sido la bolsa norteamericana expresada en dólares y descontada la inflación local. La pregunta es si lo seguirá siendo en el futuro y si otra potencia desbancará al coloso estadounidense. Si uno se indexa al SP500 puede pensar que su rentabilidad será mayor. Si lo hace al MSCI World, por ejemplo, que aquélla será menor. Pero, recordemos, rentabilidades pasadas no significan idénticas rentabilidades futuras. La opción al World puede resultar, entonces, más tranquilizadora para el inversor a la vez que paradójicamente frustrante. Frustrante porque, con todos sus altibajos y largos períodos de rendimientos nulos o negativos, el mercado norteamericano ha sido el mejor. Si el inversor quiere anticiparse al declive de los Estados Unidos bien podría equivocarse, como en los 60 y los 70. Lo cierto es que, por el momento, la mayor parte de las innovaciones tecnológicas proceden de USA y no hablemos ya de la hegemonía cultural y política. Todo lo que, a derecha e izquierda, y a ultraderecha y ultraizquierda, sucede en el mundo occidental (al menos) tiene su origen en el otro lado del Atlántico. Y el ejército norteamericano es, con mucha diferencia, el más poderoso del mundo. No olvidemos esto último.
Aunque el asunto carcome las cabezas del indexado, lo cierto es que la solución no tiene por qué ser complicada. Puede sustituir la indexación al SP500 por la correspondiente al World y al ACWI. Pero habrá de asumir el resultado si resulta, al final, que “el muerto de quien vos me habláis goza de buena salud.” O bien, felicitarse por su previsión si, efectivamente, el sujeto de estudio padece la enfermedad de la decadencia. Con el World y el ACWI estará en misa y repicando. Con el SP500 estará en misa. Por ahora es así y corresponde a cada inversor decidir por sí mismo qué le beneficia más.
Son cosas de la gestión pasiva o indexación general a las acciones que uno debe asumir porque, como toda estrategia de inversión, comprar USA o comprar el mundo está sujeta a sus ventajas e inconvenientes. Como todo inversor sabe o debería saber.
@mellizonomics & @quietinvestment