GUÍA DE DETECCIÓN DE BURBUJAS PARA PRINCIPIANTES
James Montier, en su breve pero intenso y excelente “Psicología Financiera. Cómo no ser tu peor enemigo”, dedica el capítulo 11, “Esta vez es diferente” (tremendo título), al proceloso mundo de las burbujas bursátiles. En este capítulo destaca un apartado, que da origen al título de este post, titulado “Guía de detección de burbujas para principiantes.”
Montier avisa respecto a que, a pesar de que los detalles de las burbujas cambian, los patrones y las dinámicas subyacentes son muy parecidos. Siguiendo el modelo de John Stuart Mill de ¡1867!, “On Credit Cycles and the Origin of Commercial Panics”, nos propone un marco conceptual abstracto para identificar burbujas dividido en 5 fases:
- Desplazamiento. El nacimiento de un boom. El desplazamiento es un impacto externo que provoca la creación de oportunidades de beneficio en algunos sectores, mientras cierra las puertas a la posibilidad de beneficios en otros. Mientras las oportunidades creadas sean mayores que las eliminadas, las inversiones y la producción decidirán explotar dichas nuevas oportunidades. Es probable que haya inversiones tanto en activos físicos como financieros.
- Creación de crédito. La alimentación de una burbuja. Un boom necesita crédito del que alimentarse. La expansión monetaria y la creación de crédito son en gran medida endógenas al sistema: el dinero no sólo puede crearse por los bancos existentes, sino también por la formación de nuevos bancos, por el desarrollo de nuevos instrumentos de crédito y por la expansión del crédito personal fuera del sistema bancario. Dice Mills: “El tipo de interés es casi uniformemente bajo, la iniciativa aumenta y los beneficios se amplían.” ¿Te suena? Recuerda: escrito en ¡1867!
- Euforia. Todo el mundo empieza a comprar participaciones de la “nueva era.” Se cree que los precios no pueden hacer otra cosa que subir. Se abandonan los criterios tradicionales de valoración (“el PER ha muerto”) y se introducen nuevas medidas para justificar el precio actual. (Parece Twitter, pero no. Es ¡1867!). Se desata una oleada de exceso de optimismo que lleva a la gente a sobrevalorar las ganancias, infravalorar los riesgos y, por lo general, a pensar que se puede controlar la situación; la “nueva era” domina los debates y las cuatro palabras más peligrosas según sir John Templeton, “Esta vez es diferente”, resuenan por todo el mercado aunque re-expresadas en otros términos (“estamos ante un nuevo paradigma”, “los tiempos han cambiado”). Escribe Mills: “Hay un exceso de fe malsano y los excitados inversores no se plantean las preguntas adecuadas: si su capital se volverá productivo rápidamente y si su compromiso no guardará proporción con sus medios. Ante la ausencia de previsión adecuada y autocontrol, la tendencia es que la especulación alcance su crecimiento máximo justo cuando ello es más peligroso.”
- Fase crítica. Dificultades financieras. Se caracteriza por el hecho de que quienes disponen de información privilegiada retiran su dinero, seguido rápidamente por dificultades financieras, en las cuales el exceso de apalancamiento producido durante el boom se convierte en un problema de primer orden. A menudo, durante esta fase de la vida de la burbuja también surgen estafas. Según Mills: “El inversor que utiliza, además de sus propios medios, una parte de capital prestado descubre, cuando llega la crisis, que el poder de su nombre ha desaparecido por completo, y para hacer frente a sus obligaciones, inexorablemente próximas al vencimiento, se ve obligado a la venta forzosa de bienes o a producir a unos precios tentadores para el capital reacio.”
- Última fase. Repulsión. Los inversores están tan marcados por los acontecimientos en que han participado, que ya no quieren formar parte del mercado en absoluto. Esto tiene como resultado que los activos se sitúen a precios de saldo. Para Mills: “Los pánicos financieros no destruyen capital, simplemente revelan hasta qué punto ha sido destruido previamente al no haberse visto correspondida la confianza depositada en obras absolutamente improductivas. El fracaso de los grandes bancos y de las empresas son síntomas asociados a la enfermedad, no la enfermedad en sí. La recuperación que sigue a la burbuja es lenta: el ahorro, al que gran número de personas se ven forzadas a causa de las pérdidas provocadas por las quiebras y la depreciación de las inversiones, restringe su poder adquisitivo. Los beneficios se mantienen bajos, en consonancia con las raquíticas proporciones de la demanda. Sólo el tiempo puede calmar los nervios destrozados y hacer que cicatricen bien heridas tan profundas.”
Según Montier, la práctica totalidad de las burbujas de la historia pueden delimitarse en este marco. Ello debería contribuir a regir nuestros análisis y nuestra manera de pensar a la hora de evitarlas. Estamos convencidos de que al leer una por una la descripción de cada fase del ciclo de la burbuja el lector habrá podido identificar en ellas más de lo quizá le agrade. Puede que muchos no se sientan cómodos al leer lo anterior. Es posible que otros caigan en la negación. Pero lo cierto es que mucho, sino gran parte de esta descripción, nos suena o empieza a sonar o lleva un tiempo sonando.
Falta saber entonces dos cosas: ¿estamos en una burbuja? Y de ser así, ¿en qué fase? Usted opina.
@mellizonomics
Hola Santiago y David. Fantástico articulo como siempre. En mi modesta opinión, creo que estamos en una fase 3 de euforia. En mi entorno todo el mundo gana dinero comprando acciones sin análisis ni criterio alguno, menos yo como participe de Cobas y Azvalor, jeje. Sin embargo creo que los principales índices msci World y S&P500 están en máximos y a PER superior a 20. Por otro lado, esta panademia nos ha empobrecido a todos y se trasladará a la economía real. Los bancos centrales generaran mucha deuda, aumentando la deuda y el deficit de los países occidentales ya de por sí endeudados. Hay un echo llamativo y es que el oro, valor refugio, no para de subir. Creo que en algún momento habrá una fuerte corrección. No sé si dentro de tres días o tres años pero creo firmemente que pasará.
Hola y muchas gracias. Es evidente que existen elementos de burbuja considerados aisladamente. Sin ir más lejos, un entorno de tipos de interés cero. El problema, a nuestro modo de ver, no es que acertemos en cuanto a determinar que, efectivamente, nos encontramos en una burbuja. El problema radica en que no es posible o, al menos, las probabilidades son escasas de acertar con el timing. Es decir, supongamos que estamos en burbuja. Bien, ¿y ahora? ¿Cuándo explotará? He aquí la cuestión. Podemos acertar en el “qué” pero en términos “burbujísticos” lo importante es el cuándo. Una burbuja puede eternizarse durante muchos años. Es un hecho y hay que asumirlo.
Por otro lado, los resultados de Cobas y Azvalor habrá que valorarlos de aquí a 2 o 3 años. Ambas gestoras han cometido errores en su stock picking. Sin embargo, desde nuestra óptica, lo criticable de ambas no son los resultados (por ahora) ya que los partícipes asumimos la volatilidad. Lo criticable es la nula capacidad de reacción de ambas gestoras en cuanto a la reducción de costes para los partícipes. Este es un asunto en el cual sí es afirmable que “los tiempos han cambiado.” Ambas gestoras tienen partícipes fieles, de largo plazo, que no huyen ante las adversidades. Es muy criticable que no se hayan “puesto las pilas” en este asunto.
Ahí estoy de acuerdo, como recién ex-partícipe de Cobas… no me han importado: ni entrar a 103 y salirme a 52, ni el fiasco de Arytza, ni la fe en el value, ni la otra fe en el transporte de gas natural, ni ninguna de las creencias que tengan los gestores (que saben mucho más que yo, faltaría más)
Lo que me ha hecho abandonar el barco, con cuantiosísimas pérdidas, ha sido ver día sí y otro también, que se estaban enriqueciendo a mi costa, y eso, a día de hoy y después de más de 3 años, lo considero un abuso.
Hola César y gracias por tu aportación. Compartimos tu crítica pero como inversores también conocíamos el coste del producto al contratarlo, por mucho que esperásemos su reducción habida cuenta de los activos bajo gestión. Somos muy críticos con este asunto y nunca lo hemos ocultado. La mayor parte de las otras críticas que vemos habitualmente (normalmente sobre el stock picking y la visión de mercado) no nos parecen relevantes ni por la forma ni por el fondo. El único juez que hay aquí es el tiempo. Las jaurías humanas las dejamos para Twitter. Ese no es el estilo de QI. Saludos cordiales.