ERES POBRE PORQUE NO FORMAS PARTE DE FINTWIT
ERES POBRE PORQUE NO FORMAS PARTE DE FINTWIT
Es descubrir la “magia” del interés compuesto y caer de rodillas ante la “gran verdad” revelada por las deidades del Excel. Es conocer la palabra de los apóstoles del DCA o aportaciones periódicas y convertir lo imposible en posible… dentro de 50 años. Es vislumbrar las bondades de la indexación de bajo coste a largo plazo y “comprar el mundo” en forma de acciones a la sombra del templo erigido por el reverendo Siegel… a la bolsa norteamericana.
No eres rico porque no quieres. No eres rico porque “tienes prisa” y te faltan la disciplina, el coraje y la tenacidad del acólito del Fintwit. No eres rico porque no ahorras. No eres rico porque gastas demasiado y sólo te preocupa la imagen que proyectas a los demás. Tu problema es que no tienes dónde caerte muerto y aún así te compras un iphone de mil pavos.
Eres pobre porque no prestas atención al “mindset” adecuado, al “coaching” propicio, al “rich vs poor” de rigor. Te carcome la envidia porque tienes una carrera y Amancio Ortega no hizo el COU, pero aún así te gastas 500 euracos en unos mocasines de marca.
Si vistieras como un andrajoso niño rata de Silicon Valley o te compraras siempre la misma ropa como Steve Jobs mientras te comes cualquier fruta pretenciosa, como una pera, te iría mejor. Pero es superior a ti y prefieres gastarte todos los días 3€ en un cappuccino. Tiras por la basura más de 1000€ al año en cafeína de Starbucks en lugar de pasar de largo y llamar a tu bróker para comprar acciones.
Porque si en lugar de comprar el iphone te hubieras gastado el dinero en acciones de Apple hoy serías millonario. Si en lugar de haber comprado chorradas por Amazon te hubieras gastado ese dinero comprando sus acciones hoy serías millonario. Si en vez de comer salchichas y embutidos te hubieras gastado el dinero en acciones de Viscofán, hoy serías millonario. Si en lugar de A hubieras hecho B hoy serías superrico.
Los pobres son una desgracia. En lugar de usar el plural mayestático y hablar de su última “tesis de inversión” se compran unas gafas de sol de 500 eurillos. Perdónalos, oh Fintwit, porque no saben lo que hacen. Prefieren quemar su salario mileurista en unos pantalones de 400€ antes que leer a Kiyosaki. Podrían tratar de impresionar a los demás con citas del Tao de Warren Buffett, pero los pobres, así son de desdichados, viven en la caverna de Platón, ajenos a la verdad revelada del “movimiento fire.” Lo suyo es la paguita. A tu costa, claro.
No nos engañemos. El problema son los pobres, que gastan demasiado y no ahorran. Si no estuvieran aquí restregándonos por las narices su opulento modo de vida, todo a crédito, el mundo sería un lugar mejor. Tú ahorrando como un desgraciado y comiendo mortadela mientras rellenas de fórmulas un Excel y ellos procreando de manera inconsciente sin reparar en gastos. Su desconsideración hacia Fintwit es la antítesis de la tesis.
Claro que también es posible que uses el término pobre de cualquier manera. Quizá no has visto uno en tu vida. Puede que por eso creas que se lo funden todo en el último iphone en lugar de atender a las call conferences de las tech companies de moda. O quizá te parezca una nimiedad el lugar y las circunstancias económico-sociales donde uno nazca. Nada que con un poco de esfuerzo y voluntad no pueda superarse. Es la meritocracia, amigo, no el sesgo de supervivencia. Al fin y al cabo, la diferencia entre nacer en una favela y en Palo Alto depende enteramente de uno mismo. Pero los pobres no aprenden. No se ayudan a sí mismos. No hacen más que ponerse zancadillas en lugar de aprender del espíritu de superación de Elon Munsk, un pobre niño del apartheid que de la nada ha llegado a lo más alto.
Te gusta mucho una canción y no paras de darle la tabarra a tus amigos para que también la escuchen. No quieres tanto que disfruten del tema como que te digan la razón que tienes y te agradezcan el que hayas sido tan pesado como para que al final no les haya quedado más remedio que escucharla y agradecértelo el resto de sus miserables vidas. Da igual si les interesa o no o, incluso, si ellos conocen otras canciones mejores. Te han hecho caso para que les dejes en paz. Luego vuelven a lo suyo. Mientras tanto, te crees guay, pero en realidad eres un brasas.
Y tú, miserable pobre, apaga tu iphone, para de tomar cappuccinos y engánchate a Fintwit, a ver si aprendes algo y dejas de ser un paria para la sociedad. Deja de comer tartas y ponte al lío con el Excel, que 75 años pasan enseguida.
@mellizonomics & @quietinvestment
Cojonudos. He leído vuestro libro 3 veces… De momento..
Muchas gracias. Lee los que mencionamos en la bibliografía. Es la mejor aportación que te vamos a hacer. Un abrazo.