EL REY DE TODOS LOS BENCHMARK. EL MSCI WORLD
EL REY DE TODOS LOS BENCHMARK. EL MSCI WORLD
Ahora que hemos visto una panorámica general de los países que componen el universo MSCI, es hora de abordar de manera individualizada los principales índices globales de acciones de la “casa MSCI.” El principal y más importante de todos ellos es el MSCI World. Su importancia radica en haberse erigido como el benchmark de referencia de los principales instrumentos indexados del mercado, como los conocidos Vanguard Global Stock Index Fund Investor EUR Accumulation o el Amundi Index MSCI World AE-C. Cuando los inversores invierten en estos u otros fondos índice o ETFs lo que esperan no es otra cosa que una replicación lo más exacta posible del MSCI World, descontados los gastos de intermediación.
El MSCI World comprende a las empresas de gran y mediana capitalización que representan ni más ni menos que al 85% de la capitalización de mercado ajustada al free float de 23 países, a los cuales se les considera Developed Markets (DM) o Mercados Desarrollados. Creado el 31 de marzo de 1986, se ha recalculado vía backtests desde 1969 de todas las formas imaginables: sin dividendos, con dividendos netos, con dividendos brutos, en dólares estadounidenses, en euros y hasta en monedas locales.
Esos 23 países son los siguientes:
De América, Canadá y EEUU. De la Unión Europea, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Holanda, Portugal, España y Suecia. Del resto de Europa, Noruega, Suiza y el Reino Unido. Como podemos ver, la mayoría de los países, 15 de 23, son europeos y 12 de ellos son miembros de la Unión Europea. De Asia tenemos a Israel, Hong Kong, Japón y Singapur. Y, finalmente, de Oceanía están Australia y Nueva Zelanda.
Recordemos que en el MSCI World se incluyen sólo mercados bursátiles desarrollados de países desarrollados, es decir, que hay estados desarrollados que no forman parte del MSCI World, pues para ser considerado un Developed Market hay que reunir una serie de requisitos de los cuales hablaremos otro día. Por tanto, todos los Developed Markets pertenecen a países desarrollados, pero no todos los países desarrollados pertenecen a los Developed Markets.
Actualmente, el MSCI World está compuesto por 1.511 empresas y su capitalización total suma casi 49 billones de dólares. Para hacernos una idea de lo que esto significa diremos que el PIB de todo el mundo asciende a 96 billones y el de EEUU a 23 billones. El de España es de casi 1.5 billones.
La empresa que (a finales de octubre) ostentaba la mayor capitalización, con casi 2.5 billones, era Apple. La de menor capitalización sumaba tan sólo 274 millones. La capitalización media de una empresa en el MSCI World es de 32.426 millones, pero la mediana ascendía a 12.440 millones.
En el MSCI World, a pesar de abarcar 23 países, no existe una diversificación territorial elevada porque ni más ni menos que más del 70% de la capitalización del índice pertenece a las 624 empresas que aportan los Estados Unidos. El 30% restante lo suman 887 compañías no norteamericanas. Las cuatro comparsas que acompañan a los EEUU en esta triste historia son Japón, el Reino Unido, Canadá y Francia, que aportan casi un 17% de la capitalización. Así que el 13% y pico que queda se reparte entre los 18 países restantes, que están ahí porque suponemos tiene que haber de todo en la viña del Señor.
No hay en el top ten de empresas más grandes por capitalización ninguna que no sea norteamericana. Las Apple, Microsoft, Amazon, Tesla, Alphabet, etc. lo copan todo, sumando entre todas ellas un 17.55% del índice. El casi 82% restante se lo reparten 1.502 empresas.
Esta preeminencia norteamericana es tal que incluso añadiendo los mercados emergentes la performance del MSCI World y la del MSCI ACWI (All Countries World Index), que incluye a los mercados emergentes del MSCI Emerging Markets, no difiere tanto.
Cabe preguntarse si vale realmente la pena añadir mercados emergentes, per se más “inseguros”, a una cartera indexada o, de añadirse, qué proporción de los recursos de esa cartera dedicar a los mismos.
Es decir, la preeminencia de la gran capitalización norteamericana es absoluta. Un MSCI World Ex USA (existe tal cosa, por supuesto) nos ofrece una visión más detallada de todo lo que no es Estados Unidos:
Y aun así no deja de existir una concentración elevada, pues entre 5 países (Japón, Reino Unido, Canadá, Francia y Suiza) suman el 65% del índice, repartiéndose lo que queda los 17 restantes. No obstante, se trata de una situación no comparable a la enorme concentración en USA del MSCI World.
De hecho, en las 10 empresas más grandes hay representados 6 países:
Existe una diferencia notable entre el tamaño de las empresas norteamericanas y las de los otros países. El tamaño medio de una empresa USA es de 55.000 millones y el mediano de más de 22.000.
En cambio, el tamaño medio de la empresa no USA del MSCI World es de apenas 16.500 millones, mientras que el mediano lo es de casi 7.500 millones. Nótese la tremenda diferencia.
El dominio norteamericano en la ponderación del MSCI World es inevitable habida cuenta de que se trata de un índice construido en base a la capitalización. No obstante, cabe preguntarse qué aporta el representar al 85% del capital invertible. El SP500 supone aproximadamente un 75% del mercado bursátil norteamericano. A largo plazo, 10 años en adelante, no hay gran diferencia entre la performance del S&P 500 y la del Total Market de USA.
Por eso, para finalizar, hay que reflexionar si en serio había que añadir 124 empresas USA a las 500 de marras del SP500 al MSCI World. ¿De verdad son necesarias 1.511 compañías para capturar la rentabilidad del mercado global de acciones de los mercados desarrollados? La más pequeña tiene una capitalización de 274 millones. ¿Qué aporta eso al índice?
Quizá fuera mejor un criterio que redujera este número enorme de empresas que resulta complicado ver qué aporta, como por ejemplo que estuviera representado, al menos, dos terceras partes del capital invertible, el 66%, en lugar del 85%. Probablemente el número de entidades necesarias caería en varios centenares y es dudoso que tal cosa tuviera algún tipo de repercusión práctica a largo plazo. De hecho, sería mejor para cualquier fondo o ETF que optara por una replicación física de sus componentes.
No obstante, nosotros no somos componedores de índices y dejamos esta polémica en manos de los lectores antes de echar un vistazo, en el siguiente post, a los mercados emergentes de la mano del MSCI Emerging Markets.
@mellizonomics & @quietinvestment