EL GRÁFICO QUE ATERRORIZA AL INVERSOR INDEXADO

by in Cultura Financiera, Finanzas, Opinión y Actualidad 08/12/2023

EL GRÁFICO QUE ATERRORIZA AL INVERSOR INDEXADO

Hace poco se popularizó en Twitter un gráfico a muy largo plazo de la performance histórica del S&P 500, causando gran pánico y conmoción entre los sufridos inversores indexados españoles y de otras nacionalidades. El gráfico en cuestión es el siguiente:

Probablemente, el propósito de este gráfico era advertir al inversor acerca de los largos períodos en los cuales las rentabilidades no eran las esperadas y anunciadas por el agit prop financiero de turno en cuanto a que la bolsa siempre sube a largo plazo y todos ganan. La verdad es que, dejando al margen esto último, cabe hacer un par de observaciones a este tenebroso gráfico que hace temblar las piernas del inversor indexado.

Para empezar, el S&P 500 nace en 1923 de la mano de Standard Statistics Company y comprendía 233 empresas cuya cotización se reflejaba semanalmente. En 1926 el índice pasará a computarse diariamente, pero tendrá 90 miembros. En 1941 Poor’s Publishing se fusiona con Standard Statistics Company y es entonces cuando nace Standard & Poor’s. El índice seguía siendo, no obstante, un S&P 90. Será el lunes, 4 de marzo de 1957, cuando el S&P 90 pase a ser el S&P 500 que ahora conocemos, con algunos cambios por el camino. Esto es, el benchmark de referencia de la bolsa norteamericana, el más importante del mundo y el que guía los mercados globales de acciones. Por tanto, todo lo anterior a 1957 y no digamos ya a 1926 y 1923 es una reconstrucción histórica, que si está bien hecha habrá evitado el sesgo de supervivencia. Pero nada más que eso.

Lo que queremos decir es que, de nuevo, la historia de la rentabilidad bursátil no tiene nada que ver con la experiencia práctica del inversor indexado. No será hasta el 31 de agosto de 1976 cuando The Vanguard Group ofrezca al inversor retail un fondo índice que replique al S&P 500, el Vanguard 500 Index Fund Investor Shares. Por eso, la historia de la rentabilidad bursátil no es igual que la historia de la indexación. Y, por tanto, el inversor debería tener mucha cautela con las reconstrucciones históricas del S&P 500 más allá de 1957 y especialmente de 1926, porque al fin y al cabo esta historia, la indexada, no es antigua sino mucho más reciente.

Por otro lado, el gráfico no nos dice algo también muy importante: que hasta no hace tanto tiempo en los mercados de valores invertían cuatro gatos y el de la guitarra. La democratización de los mercados financieros empieza en Estado Unidos en los 80 y se acentúa en los 90 con el desarrollo de Internet y la facilidad de acceso a los mercados. Dicho de otra manera, no había demasiada gente para obtener los resultados planos que vaticina el gráfico del terror porque, en primer lugar, ni dios compraba acciones y, en segundo lugar, aún queriendo comprarlas no existían instrumentos para hacerlo de manera indexada hasta que John Bogle abrió ese melón en 1976. Es más, la indexación se populariza y expande tras la burbuja punto.com y, ya a pecho descubierto, tras la crisis subprime de 2008 al hilo del mayor conocimiento de las ideas de Bogle, la proliferación de instrumentos indexados y la creación de nuevos índices globales.

Así que todo lo concerniente a la rentabilidad bursátil anterior a 1976 tiene, efectivamente, un valor relativo. Es útil a efectos históricos y de análisis de los mercados, pero carece de valor práctico porque no existía la indexación para proporcionar los resultados que el gráfico del horror sugiere.

Pero es que, además, también es incorrecto lo que propone el gráfico a no ser que el supuesto inversor hubiera invertido siempre en el pico de un ciclo alcista. Más que hablar de zonas de retorno cero, quizás es más adecuado hablar de períodos en los cuales no se superaron máximos históricos previos, pues que esto se produzca no implica que los inversores y también los inversores indexados no puedan obtener beneficios.

Finalmente, desde el punto de vista del inversor español, que siempre llega tarde a todos estos avances, lo cierto es que tan sólo a partir del siglo XXI podemos plantearnos escenarios en los cuales podamos comprobar a nivel práctico qué tal le habría ido de haber estado indexado. Sin ir más lejos, y por años completos, el inversor español que hubiese apostado por el S&P 500 tan sólo hubiera tenido la alternativa del ING Direct Fondo Naranja Standard & Poor´S 500 FI desde 2006. Ahora ya no, pero recordemos que los primeros robo advisors llegan a España en 2014-2015 y tardan unos años en desarrollarse y ofrecer la amplia gama de productos que actualmente ofrecen.

Para matizar, por tanto, las conclusiones del gráfico del terror, podemos recurrir a algún ejemplo práctico, real, que le hubiera podido acontecer al sufrido inversor indexado español a efectos de comprobar qué parte de esta historia le afecta y cómo ha salido de ella, si es que lo ha conseguido. Y, a tal fin, ofreceremos pronto un ejemplo.

@mellizonomics & @quietinvestment

 

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4 Comments
  1. Gracias por el buen post Santiago y David

  2. Gracias por ser como sois!!
    Gracias por ayudar a aumentar la cultura financiera!!
    Sois maravillosos!!!!!

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