¿DE QUIÉN ES LA RENTABILIDAD? ¿DEL GESTOR O DE LA GESTORA? ¿INSTITUCIONES VS PERSONAS?
A pesar de lo equívoco del título del presente post, que nadie se lleve a engaño: no se trata de un capítulo más de la cansina guerra del lenguaje inclusivo, ni de la brecha de género ni, en suma, de ninguna “perroflautada” más parida por el universo “politiqués” tanto zurdo como diestro. A QI todo eso le importa una higa. O un higo. Esto va de pura y dura gestión activa.
Porque lo cierto, queridos amigos, es que todavía existen inversores que no asumen que (por norma general) la gestión activa constituye un asunto esencialmente personalista donde el elemento preponderante es eminentemente personal y no institucional. Justo lo contrario que en la inversión pasiva o indexada. Aunque muchos conocen a John Bogle (y si no lo conocen debieran conocerlo) no recordamos a nadie siguiendo en streaming la conferencia de inversores de ningún fondo indexado. Debe ser por lo poco que hay que decir o (tratándose de la indexación al IBEX35) de lo mucho que hay que esperar.
De lo que tratamos hoy aquí es de la inexistente continuidad entre la institución (la gestora) y el gerente (el gestor). Dicen que las personas pasan, pero las instituciones permanecen. Sin embargo, ¿qué ocurre con la rentabilidad? ¿A quién pertenece? Por ejemplo, ¿a quién pertenece la rentabilidad anualizada a 10 años vista del Bestinver Internacional y el Bestinfond?
¿Pertenece a la gestora, Bestinver AM? ¿O le corresponde a Francisco García Paramés, Álvaro Guzmán de Lázaro y Fernando Bernard? Como todos sabemos este célebre triunvirato protagonizó el episodio de riesgo-gestor más sonado del mundo ibérico de los fondos de inversión cuando en 2014 abandonaron Bestinver. El binomio Guzmán de Lázaro-Bernard fundaron su propia gestora, Azvalor AM, y pusieron a funcionar varios fondos a finales de 2015. El “uninomio” Paramés hizo lo propio con Cobas AM lanzando sus fondos a finales de 2016 y principios de 2017.
Los nuevos gestores de Bestinver, Beltrán de la Lastra y Ricardo Cañete, tomaron las riendas de la gestora finalizando aquel ajetreado año de 2014. Llevan poco más de 4 años a los mandos del timón de la gestora más célebre del value investing patrio. ¿De quién es, pues, la rentabilidad? ¿De quien es, por ejemplo, la rentabilidad de Metavalor? ¿De Metagestión AM? ¿O de Javier Ruiz, Alejandro Martín y Miguel Rodríguez, en Horos AM desde mayo del año pasado?
O quizá la pregunta debiera ser la siguiente: ¿por qué invierte usted en Cobas, Horos, Bestinver, Metagestión, Azvalor, etc..? O, mejor dicho: ¿por qué invirtió usted allí bajo la égida de unos gestores que ya no están, pero quizá todavía “son”?
Al invertir en un fondo de gestión activa se inicia irremediablemente una relación fiduciaria entre cliente y gestor donde la reputación de éste constituye el imán que atrae a aquel. La reputación se construye esencialmente a través de un track-récord de resultados cuya obtención lleva aparejada lo que aquí denominamos “uno de los problemas irresolubles de la gestión activa.”
Lo cierto es que la institución, la gestora, tiende a apoderarse de todo al margen de la presencia o no del gestor y esto queda indisolublemente ligado a la descripción de cualquier fondo de inversión. En España, el mejor lugar para informarse acerca de la industria de los fondos de inversión (aparte de la CNMV e INVERCO) es, sin lugar a dudas, MorningStar. La calidad de las herramientas que ofrece al inversor y lo extensivo de sus datos la hacen, a nuestro modo de ver, merecedora de tal homenaje. Sin embargo, en MorningStar predomina de manera absoluta el elemento institucional. Los datos y la información se ofrecen desde el punto de vista del fondo de inversión y la gestora, pero no desde el del gestor. Así, la rentabilidad anualizada se asocia al instrumento (el fondo) pero no a la persona (el gestor). Es verdad que en la ficha de cada fondo se especifica quién es el gestor o gestores y desde cuándo. Pero no es esta la óptica que prevalece.
VadeValor, al contrario, parece optar por la perspectiva contraria y ofrece (a cambio de registrarse) datos de los gestores en términos de rentabilidad anualizada y trayectoria profesional en dos muy interesantes documentos: la Tabla de Rentabilidades y el Informe de Gestores, descargables ambos gratuitamente en formato pdf. No es comparable con MorningStar en cuanto a cantidad de datos e instrumentos analizados, pero sí constituye una referencia muy importante para cualquier inversor que quiera averiguar de manera rápida y efectiva la información de tipo personal en la cual no incide, por la propia naturaleza de su contenido, la excelente MorningStar. Puede decirse que son ligas diferentes donde es conveniente que el inversor reserve palco.
Cada lector tendrá legítimamente su opinión, pero desde nuestro punto de vista nos parece imperativo que cualquier muestreo de rentabilidad relativo a la gestión activa en renta variable cuente con un análisis personal del gestor que incluya los años en activo, los ejercicios en los cuales ha superado a su benchmark de referencia y su trayectoria particular a través de diversas gestoras. Como hemos señalado arriba aquí no se apuesta por el caballo sino por el jockey.
Es evidente que la asimetría entre institucionalidad y personalismo en la gestión activa plantea muchas cuestiones relevantes acerca de los incentivos virtuosos del gestor. Quizá sea este uno de los puntos donde la indexación y la gestión activa más se separan habida cuenta que en el primer caso la calidad del instrumento viene determinada por el índice escogido y su correcta replicación, así como por las bajas comisiones. En el otro supuesto, por el contrario, prima el elemento “artístico” pues las gestoras de tipo boutique apelan a sus artesanos como en su tiempo los Chicago Bulls apelaban a Michael Jordan sin que tal afirmación signifique que Michael Jordan ganara los partidos sin el concurso de un equipo que le respaldara.
Por eso, si como inversor acude a informarse en la página web de la gestora tenga bien presente a quién pertenecen las rentabilidades que allí se le mostrarán. Técnicamente pertenecen a la gestora. Moralmente, al gestor. No lo olvide.