CUIDADO CON LOS BACK TEST. TRAMPAS AL SOLITARIO A LA VISTA
CUIDADO CON LOS BACK TEST. TRAMPAS AL SOLITARIO A LA VISTA
No solo el sesgo de supervivencia y de anticipación acechan al inversor amante de los back test, tal y como vimos anteriormente. También es fundamental que cualquier back test tenga en cuenta el tamaño de la cartera y el tamaño y la liquidez de las acciones objetivo de la estrategia que se quiere probar. La regla general es que cuanto mayor es la suma de capital invertido en una estrategia determinada, menor es el universo potencial de inversión, más difícil es el reequilibrio de la cartera y, en consecuencia, peores resultados. Se pueden invertir sumas de capital más pequeñas en acciones más pequeñas y menos líquidas, por lo que el universo de inversión es mayor. Las sumas de capital más pequeñas también se pueden reequilibrar más fácilmente y sin mover mucho o nada el precio. Un universo grande y un reequilibrio frecuente producirán mejores rendimientos que un universo pequeño y un reequilibrio poco frecuente, pero el inconveniente es que la estrategia solo puede absorber sumas más pequeñas de capital.
Tomemos, por ejemplo, la estrategia original del “valor de los activos netos” de Benjamin Graham. Varios investigadores se han encontrado con rentabilidades enormes en la estrategia net-net, de aproximadamente el 30% anual. El problema con esta estrategia es que solo puede absorber sumas muy pequeñas de capital. Graham sostenía que la estrategia net-net era “casi infaliblemente confiable y satisfactoria”, pero estaba “severamente limitada en su aplicación” porque las acciones eran demasiado pequeñas, pocas veces disponibles y muy poco líquidas.
Una investigación sobre una muestra de acciones listadas en el Reino Unido desde junio de 1981 hasta junio de 2000 encontró que la liquidez y la capitalización de mercado tuvieron un gran impacto en los resultados de las pruebas posteriores. Los rendimientos del quintil más pequeño de acciones fueron superiores al 30% anual, pero se concentraron en valores con poca o ninguna liquidez. Los rendimientos de las empresas más grandes seguían siendo atractivos, en torno al 17%, pero menos fiables porque había menos acciones en el estudio, sólo una o dos en un período determinado. La investigación demuestra que, si bien la estrategia net-net de Graham puede generar rendimientos fantásticos, su aplicación, como dijo el propio Graham, es muy limitada. Las acciones pequeñas y poco líquidas también suelen tener amplios márgenes de oferta y demanda, y a menudo es difícil negociar esas acciones a los precios de oferta y demanda registrados.
En el caso de la bolsa norteamericana, para eliminar el problema de la pequeña capitalización, se puede usar una regla de la New York Securities Exchange (NYSE) que excluye el 40% más pequeño de las acciones por capitalización de mercado. Así se incluyen en un estudio solo acciones ordinarias que tienen una capitalización de mercado mayor que el percentil 40 de todas las acciones de la Bolsa de Nueva York en un momento dado. Por ejemplo, el percentil 40 de las capitalizaciones de mercado en la NYSE al 31 de diciembre de 2011 era de 1.400 millones de dólares. Entonces se excluiría del análisis el 31 de diciembre de 2011, a todas las acciones con una capitalización de mercado menor a 1.400 millones de dólares.
La razón para excluir a las acciones más pequeñas se debe a que incluirlas puede generar datos de rentabilidad engañosos que no podrían lograrse en el mundo real. Las acciones de pequeña capitalización tienden a tener amplios diferenciales de oferta/demanda y muy poca liquidez en la oferta o demanda. Si se incluyen en el estudio, el programa asumirá que fue posible negociar al precio mostrado en la oferta o demanda, cuando en realidad negociar incluso una suma relativamente pequeña puede haber movido el precio a un punto que impactaría dramáticamente en el mismo. En pocas palabras, incluir acciones de muy pequeña capitalización o microcapitalización exagera enormemente los rendimientos alcanzables en la práctica. Elegir el percentil 40 se puede determinar objetivamente en cualquier momento, representando una capitalización de mercado lo suficientemente grande como para hacerlo invertible y deja, además, un número suficientemente grande de acciones en el estudio para que los resultados sean fiables. Si el objetivo es estudiar solo aquellas acciones lo suficientemente grandes y líquidas negociables en el mundo real para que los resultados sean lo más fiables y repetibles posible hay que establecer una medida de corte en la capitalización de las acciones. Se podrían mostrar resultados mejorados artificialmente mediante el uso de un corte de capitalización de mercado más bajo, incluidas acciones más pequeñas y sin liquidez, pero los resultados no serían tan creíbles.
Cuestión diferente es, claro está, si esta regla de la NYSE es aplicable a otras bolsas. Probablemente, en el caso español no, pues habría muchas empresas capitalizando a menos de 1.400 millones de euros o menos de 1.000 millones que sí serían perfectamente negociables. En bolsas más pequeñas habría que establecer ese punto de corte más abajo. En todo caso, se trataría de un problema tremendamente casuístico.
Como podemos observar, el problema de la capitalización, el tamaño y liquidez de las acciones, es fundamental a la hora de realizar un back test fiable. No obstante, los problemas continúan. Y pronto veremos más.
@mellizonomics & @quietinvestment
Fuente original: Quantitative Value, Tobias E. Carlisle & Wesley R. Gray
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