Creación de un patrimonio.
¿Activos y pasivos? Creación de un patrimonio
¿Cuál es el camino a emprender para incrementar la independencia financiera? Mucho se ha escrito al respecto. Es de particular interés las aportaciones de R. Kiyosaki en su serie de libros didácticos Padre Rico, Padre Pobre.
Compartimos a nivel general las apreciaciones del citado autor porque consideramos importante y útil para las personas que todas estas cuestiones se expongan de manera sencilla y simple. Aun así conviene tomar cierta distancia de algunas de las cosas que señala. Nos alejamos de Kiyosaki en que las cosas no son blancas o negras ni la vida es una cuestión de todo o nada. Existe una enorme gama de grises que surge de la combinación de dos elementos: uno objetivo, el precio, que determina siempre la rentabilidad de cualquier activo, y otro subjetivo, enraizado en la utilidad y el valor que cada cosa tiene para una persona en concreto.
Aún así, no siendo para nada partidarios de clasificaciones taxativas, vamos a ofrecer una perspectiva simplificada en este post acerca de qué es un activo y un pasivo dado que consideramos que es lo más adecuado a efectos didácticos. Esto último es más importante para nosotros que la precisión y exactitud técnica.
Acumulación de activos
Las personas que destacan por disfrutar de una situación financiera sólida o incluso desahogada presentan una serie de características comunes. Por ejemplo, una visión prospectiva de la vida, esto es, la capacidad de sacrificar bienestar presente en aras de un mayor bienestar futuro. También son plenamente conscientes del poder de la capitalización y el interés compuesto a largo plazo.
Pero sobre todo saben que para conseguir crear un patrimonio que aumente su independencia financiera deben realizar un continuo y constante proceso de acumulación de activos.
El lío de los activos y pasivos
La mayor parte de las personas no conocen la diferencia entre un activo y un pasivo a pesar de que el transcurso de sus vidas se caracteriza por una incesante adquisición de pasivos y la ausencia o presencia residual de una política de capitalización fundamentada en la acumulación de activos. Economistas, asesores de todo tipo, banqueros y gobiernos han contribuido, cuando no fomentado, a que la clase media termine confundiendo activos con pasivos sin que este proceso muestre signos de finalizar. Y más importante aún que todo lo anterior ha sido la incapacidad, bien por ignorancia o bien por falta de voluntad, de gran parte de la clase media en adquirir sanos hábitos de ahorro e inversión.
Nosotros no queremos aturdirle más ni con tecnicismos al uso ni con las falacias económicas de rutina como la tan popular “la vivienda siempre sube de precio.” Sabemos que esta es una cuestión polémica y el que más y el que menos quiere siempre llevar la razón. Para Quiet Investment es de gran interés y preocupación el que usted tenga este fundamental concepto claro. Expertos y políticos encontrarán fácilmente en otros lugares quienes alimenten sus egos. Los académicos y estudiosos, expertos del saber convencional, también. Pero nada de eso ayuda a quien necesita darse cuenta de lo importante que resulta el sentido común en la creación de un patrimonio sólo porque la naturaleza humana muestre tendencia a ignorar lo obvio.
Qué es un activo y qué es un pasivo
Un activo es todo aquello que genera ingresos y un pasivo es todo aquello que genera gastos. En el primer caso, el dinero entra en nuestro patrimonio mientras que en el segundo caso el dinero sale del mismo. Además, un activo tiende a aumentar de valor con el transcurso del tiempo mientras que un pasivo tiende a perderlo.
Hay muchas clases de activos y de ellos hablaremos en otros post. Vamos a ofrecer como ejemplo el caso de las acciones de una empresa. Éstas generan unos ingresos mediante el pago de dividendos y aumentan de valor con el transcurso del tiempo por efecto de la capitalización de los beneficios no distribuidos. Sí, hay empresas que no reparten dividendos y/o cuyas acciones han perdido, además, valor con el tiempo. Pero todo eso es otra historia y en su momento hablaremos de ella. Sirvan ahora las acciones como ejemplo paradigmático de activo.
Tenga en cuenta también que nada es una carga por su naturaleza sino por sus circunstancias. Económicamente esto significa que cualquier objeto puede llegar a constituir un activo si se ha adquirido a un precio ventajoso.
Imagine usted que adquiere por 50€ una raqueta de tenis valorada en 100€. Finalmente, no llega a utilizar su raqueta más que unas pocas veces durante el año siguiente a su adquisición lo que le provoca la sensación de haber gastado su dinero en un objeto completamente inútil. Decide entonces venderla y obtiene 75€. Es una raqueta de segunda mano, no puede venderla por los 100€ en los que estaba valorada hacía un año. Sin embargo, ha recuperado su dinero y tiene 25€ más, es decir, un 50% de rentabilidad sobre su inversión original. La inútil raqueta se ha transformado en una brillante inversión. Además, la persona que le ha abonado 75€ también sale ganando ya que se ha ahorrado efectivo al adquirir un objeto usado, aunque en buen estado, que comprado nuevo le habría salido más caro sin que aumente la utilidad y el valor que este nuevo adquirente ya ha conseguido con la “vieja” raqueta.
El pasivo por excelencia
El mejor ejemplo de pasivo habido y por haber es el automóvil. Salvo que usted sea el propietario del Ford Mustang que conducía Steve McQueen en “Bullit”, y además lo haya adquirido a un precio razonable, tenga por seguro que el 99% de todos los vehículos de motor constituyen pasivos para el 99% de sus felices o no tan felices propietarios.
Tan pronto como usted retira su flamante nuevo coche del concesionario éste ya ha perdido valor. Durante toda su vida útil el automóvil le ocasionará gastos. Hará que de su patrimonio salga efectivo vía las siguientes partidas: combustible, seguro, mantenimiento e impuestos (y ocasional, o no tan ocasionalmente, sanciones administrativas y hasta penales). No olvide tampoco que debe poseer una licencia gubernamental para conducir, lo cual significa que en algún momento de su vida tendrá que realizar un desembolso monetario para adquirir la habilidad de conductor y/o aprobar el correspondiente examen, del que recuerde también que deberá abonar su correspondiente tasa.
Independientemente de la utilidad que le reporte su automóvil y de la satisfacción personal que de él obtenga y del valor subjetivo que éste le proporcione, no se engañe ni por un solo momento: para la inmensa mayoría de las personas el automóvil constituye un pasivo, independientemente de que lo necesite o lo desee o ambas cosas. Es una propiedad, y por tanto es patrimonio, pero tiende a depreciarse por su propia naturaleza y además origina gastos constantes y recurrentes. Todo ello sin menoscabo de lo mucho que le guste su automóvil o de lo mucho que lo necesite o, incluso, de la felicidad que obtenga de él.
Conclusión
Todo lo que usted posea y que revista alguna de las dos características que definen económicamente a su automóvil, esto es, pérdida de valor por el mero transcurso del tiempo y generación de gasto vía salida de efectivo de su patrimonio, es ahora y será siempre un pasivo.
¿Cuántos “automóviles” acumula usted?
Grande Kiyosaki, este tipo de libros y otros deberían ser lectura obligatoria en Institutos, y no los libros sin contenido práctico que leen los jóvenes.
Respecto al tema, que decir: yo considero ya una filosofía de vida, el llevar las finanzas personales como si de una empresa se tratara, pero en el día a día, es más difícil ya que chocamos con la pareja, hijos, familia y demás. De ahí, la importancia que todos conozcan que existe otra manera de enfocar el presupuesto familiar.
Hola Roger. Gracias por tu comentario.
Nosotros creemos que los libros de Kiyosaki son prácticos porque exponen de manera simplificada algunos conceptos importantes para una buena organización de las finanzas personales. Por otro lado, también los enfocamos con cierta reserva dado que nos parece muy taxativo en algunas cosas, como considerar a la primera vivienda un pasivo. Para nosotros todo depende del precio.
Kiyosaki nos dice de forma novelada y amena un buen número de cosas que de alguna forma todos sabemos porque bien miradas no dejan de ser obvias. Eso es, sin duda, más un acierto que un desacierto porque en ocasiones lo evidente se nos torna invisible.
Un saludo Roger
QuietInvestment