¿Conoce usted la respuesta?
Los interrogantes de la “guerra boba”
La “guerra boba” más popular en el mundo de la inversión continúa siendo la que tiene lugar entre los forofos de la gestión pasiva y los partidarios de la gestión activa. Es tal el encono que a veces parece un debate teológico que enfrenta a fervientes creyentes. En ocasiones la discusión se torna hasta nominalista pues no actuar (la gestión pasiva) es en sí una acción. Surgen, además, herejías precedidas del prefijo “semi.” Abundan también los conversos (y los falsos conversos) de una y otra religión. Todos quieren tener razón y, sobre todo, que el rival no la tenga. Los egos se disparan. La soberbia aflora. Moral y rentabilidad se entremezclan. Y todo es un jaleo que, a modo de moderno circo romano-financiero, nos mantiene entretenidos.
Pero lo cierto es que ni una ni otra modalidad son enemigas ni excluyentes. En todo caso lo serían si se objetivara su aplicación. Sin embargo, la realidad no es otra que la soledad del inversor a la hora de adoptar sus decisiones financieras. En tal sentido qué le conviene al inversor se soluciona con un gran “depende”, el que se circunscribe a las necesidades de cada uno, a sus medios, a sus conocimientos, al tiempo disponible para dedicar a la inversión, al plazo con el cual se invierte y a los fines, metas y objetivos particulares e individuales.
(Comparativa de la rentabilidad a 10 años de los fondos de inversión españoles retail de acumulación según Morningstar. En abril de este año el primer clasificado, de un total de 2246 fondos, es un fondo indexado sectorial y el noveno, un fondo indexado general.)
No obstante, la democratización de los instrumentos financieros y la popularización de la indexación plantean más interrogantes que respuestas. Si los inversores prefieren la gestión pasiva a la activa su preferencia vendrá marcada por los resultados favorables a ésta en comparación con sus rivales activos. Surge entonces la inevitable pregunta de si un cambio en las preferencias de los inversores hacia productos indexados no generará a medio plazo un renacer de la gestión activa, mejorando sus resultados y volviéndola a hacer atractiva para muchos que ahora reniegan de ella.
Encadenada a la anterior pregunta figura también la de si es posible que vivamos una burbuja de productos indexados. De ser así pasaríamos a la de situarnos en esa burbuja: ¿próxima o lejana a ser explotada? Pero si de nuevo los resultados de la gestión activa mejoran de manera relativa frente a los de la pasiva ¿volverá a renacer la primera merced al poder de atracción de las nuevas rentabilidades? Si esto fuera así, la atracción de los fondos antes destinados a la indexación ¿provocará otra vez una vuelta a la gestión pasiva cuya reputación se habrá recuperado?
Puede que el interrogante principal que está generando la eterna “guerra boba” de los inversores sea este: ¿constituye ahora la popularización de los instrumentos de inversión indexados, pasivos o semi-pasivos, una oportunidad de oro para la gestión activa? Es posible e incluso probable (pero en ningún caso seguro) que una hipotética masificación de la gestión pasiva genere oportunidades de inversión en aquellos ámbitos menos susceptibles de “abarrotamiento” pasivo. Por ejemplo, si la masa inversora se decanta por invertir en índices grandes, amplios y líquidos, en gran medida dominados por la gran capitalización, es posible e incluso probable, tal como decíamos, que la mediana y pequeña capitalización queden relativamente “desatendidas.” Y eso, independientemente de que el universo mid y small cap sea a su vez “indexable.” ¿Oportunidad o espejismo? ¿Ciclo o nuevo paradigma?
…O puede que cualquier respuesta que se ofrezca al respecto resulte errónea porque la pregunta en sí no es la correcta.
Seguiremos escribiendo sobre esto!
Ya lo comentó Ivan Martín en varias ocasiones y no le falta razón. La gestión pasiva en si misma es muy razonable pero presenta dos problemas. Por un lado se va a sobreponderar en aquellas grandes cotizadas que verán como sus precios suben de forma “extra” respecto a aquellas menos indexadas. Es decir, un apple estará en ciento y pico mil fondos indexados (vease el Nasdaq, el Macrotechcap,el manzanofund,…)
Por otro lado, que hay que aguantar y estar a las duras y a las maduras para que funcione. Por dar una pincelada, desde el 2015 hasta el brexit los índices se pegaron unos tortazos de aupa. Hay que ser torero para aguantar ya una caida del 20, ¿Aguantará el inversor medio algo así durante muchos meses? (además me da la sensación que harán que los movimientos de bajada sean más extremos si todos los fondos indexados empiezan a vender al mismo tiempo)
Lo que creo que hay mucho inversor activo-pasivo, vamos, que busca encontrar los índices que más `potencial tienen para entrar y salir, pero eso no deja de ser el trading de toa la vida de dios. Pero eso no es una estrategía pasiva por mucho que lo repitan.
La gestión activa cuando más efectiva es en los episodios extremos, el resto del tiempo no dejan de ajustarse a los índices con bastante parecido
Hola Santi, pensamos como usted.
Muchas gracias por comentar. Un saludo